Evo y Arce salen desportillados del 7M y la oposición queda casi borrada del mapa

El MAS no consiguió una mejor votación que en las subnacionales del 2015 en siete de nueve ciudades capitales. Comunidad Ciudadana y Creemos solo obtuvieron un buen respaldo en Santa Cruz.

Evo y Arce salen desportillados del 7M y la oposición queda casi borrada del mapa
Morales emprendió una gira para impulsar a sus candidatos. Foto: Bolivia

El exmandatario Evo Morales y el presidente Luis Arce salen desportillados de las subnacionales y la oposición queda   menoscabada. Después de  finalizar el cómputo, analistas ven que Morales y Arce quedan con una imagen deteriorada y que la oposición, que emergió en  2020,  está casi borrada del mapa político  territorial.

En comparación  a las subnacionales de 2015, el partido azul perdió votos  en El Alto y en  al menos siete  capitales (La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Trinidad, Cobija, Sucre y Potosí), y sólo logró mayor respaldo en  Oruro y Sucre.

En Potosí y Trinidad se registra su  mayor pérdida, con una diferencia negativa del 20% y 18%, respectivamente, respecto a  2015.

En términos generales, las fuerzas contrarias al partido azul ganaron en La Paz, El Alto, Cochabamba, Santa Cruz, Trinidad, Cobija, Potosí y Tarija. El MAS triunfó en  la ciudad de Oruro, y en el caso de Sucre da pelea (habrá repetición de votos en tres mesas). En El Alto, Cobija y Trinidad, el MAS perdió frente a líderes  que su cúpula dirigencial descartó.

En el caso de gobernaciones,  respecto a 2015, el MAS perdió  votos  en seis gobernaciones y sólo en tres ganó  más apoyo.

Para el analista y director de Pukara Pedro Portugal estas cifras son “desastrosas”, tomando en cuenta los recursos políticos y materiales que utilizó el partido de Gobierno en busca de imponerse.

“Toda la campaña, los chantajes, incluso prebendas para revertir la voluntad popular se estrellaron contra un muro”, señaló Portugal, quien enfatizó que el MAS hubiera obtenido mejores resultados si comprendía la demanda de los sectores sociales, en lugar de aplicar el “dedazo”.

Durante el proceso electoral, el presidente Arce  expresó abiertamente su apoyo a candidatos del partido azul, guitarreó y lideró caravanas. (Además, se detectó que hubo postulantes   que hicieron campaña con las vacunas).

Arce en más de una oportunidad insinuó que el Gobierno no podría trabajar con autoridades regionales que no sean de su línea política, lo que  fue calificado de chantaje.

Morales, por su parte, emprendió una gira  para impulsar la campaña a favor de sus candidatos. El presidente del MAS se movilizó, incluso, en aviones privados y helicópteros para su cometido.

Portugal dijo que pese a esos esfuerzos, Morales y Arce quedaron “desvalorizados y  disminuidos”.

Para el analista  político Paul Coca el que más perdió es Morales, porque se jugó la recuperación de su liderazgo.  “Evo Morales se jugó su propia imagen. Los candidatos a dedo que él eligió en muchos sectores no han sido los vencedores. Se jugó que los militantes lo reconozcan otra vez como líder, que vuelvan a obedecerlo, a cumplir con lo que él instruya”, aseguró.

Al respecto,  el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva,  señaló que hay intentos de  hacer creer a la población que el MAS perdió apoyo, que ya no tiene respaldo de las organizaciones sociales, que está dividido o que no goza de la simpatía en ciertas regiones. Rechazó que se infiera que el MAS está debilitado.

“En El Alto, por ejemplo, no se puede interpretar de que el MAS como proyecto político haya perdido la plaza. En El Alto, el voto no es de la derecha, es el voto del pueblo y ese pueblo está identificado con el MAS. Lo mismo en Pando o Beni (…). Quizás hubo errores en algunas dirigencias regionales sobre las candidaturas, pero eso no significa que Evo Morales o que el MAS estén debilitados”, expresó.

Silva remarcó que los comentarios del supuesto debilitamiento del MAS datan de hace más de 10 años. Subrayó  que el MAS es un proyecto  líder a nivel nacional.

¿Y la oposición? 

Los analistas observaron que la oposición que emergió en las elecciones  de octubre 2020, Comunidad Ciudadana (CC) y Creemos, está casi borrada del mapa político territorial.

“Las oposiciones son las que más perdieron  en estas elecciones subnacionales. Hay que reconocer que este sistema de partidos, que estaba emergente en oposición al MAS, está experimentado una debacle en el sistema de partidos y eso es preocupante”, aseveró la analista Erika Brockmann.

CC, que es cabeza de oposición en el Legislativo,    presentó candidaturas -en alianzas y con variantes en su denominativo- en  ocho de nueve gobernaciones y en alcaldías de ciudades capitales y El Alto. No obstante, en 10 plazas no logró ni el 5%  (en cuatro municipios capitales y en seis de ocho departamentos en los que presentó candidatos a gobernadores). La capital cruceña es  donde obtuvo su mejor votación con el 34,7%.

Creemos se enfocó  en el sillón de la Gobernación cruceña y algunos municipios de  Santa Cruz. Su logro  más visible es la conquista de la Gobernación oriental. Aunque el mapa político se renueva con nuevas fuerzas regionales contrarias  al MAS, el analista Franklin Pareja señaló que el equilibrio de poder es relativo. “A pesar de ser espacios democráticos aparentemente adversos, opositores, lo cierto es que no tienen la musculatura suficiente  y quién realmente sigue controlando el poder es el Gobierno que concentra el 80% de los recursos económicos”, dijo.
Oficialistas y opositores  en subnacionales

  • MAS De acuerdo a una comparación entre los resultados del cómputo de los comicios de este 7 de marzo  y de los resultados de las elecciones de marzo de 2015, el MAS no consiguió mejores resultados de votación en El Alto y siete ciudades capitales  del país. En los municipios de Potosí y Trinidad  registró  la   mayor pérdida de  su respaldo político,  con una diferencia  negativa de más del  18% respecto a las subnacionales del año  2015.
  •  Oposición  Las oposiciones que emergieron  al MAS en las elecciones generales -Comunidad Ciudadana y Creemos- no lograron ganar espacios territoriales en los comicios  subnacionales a excepción de Santa Cruz, donde el candidato de Creemos, Luis Fernando Camacho, ganó la gobernación,  y el candidato a la alcaldía de  Comunidad Ciudadana  Gary Áñez se posicionó como uno de los dos más votados  en una estrecha pugna electoral.

Análisis

Pedro PortugalAnalista y director de Pukara


“No supieron leer  las causas del triunfo”

El resultado que obtuvo el MAS en estas subnacionales es desastroso si tomamos en cuenta todos los recursos políticos y materiales utilizados para que pueda salir ventajoso y sobre todo si estudiamos la coyuntura en la cual salió vencedor en las elecciones nacionales.

No supieron leer  cuáles fueron las causas del triunfo del MAS en las elecciones nacionales, no era un apoyo de la población para el retorno a la política de las personas que marcaron a ese gobierno. La gente popular volvió a mirar al MAS, porque  el Gobierno transitorio fue una decepción, pero eso no fue una hipoteca para dar carta libre a la revisión de los planteamientos del partido político.

Los sectores sociales se independizaron del MAS, hubiesen apoyado al MAS si hubiera hecho una lectura correcta, pero eso no sucedió y se vio cuando hubo  el “dedazo”. Toda la campaña, los chantajes, incluso prebendas para revertir la voluntad popular se estrellaron contra un muro.

Tras ello, Evo Morales y Luis Arce quedan desvalorizados y  disminuidos en los márgenes de maniobra que tienen. Uno, no es realmente presidente y hay la sospecha de que quien manda es el expresidente y el otro, pierde liderazgo, eso  nos demostraron las últimas elecciones. Por ejemplo, en los municipios más combativos del altiplano paceño es donde ganó Jallalla.

Pero en los últimos acontecimientos también se ve la poca fuerza que tienen los partidos de oposición.  Eso nos muestra un panorama en el cual la crisis del MAS hace parte de una crisis general y en la  medida que esta crisis general empiece a resolverse se  presentarán perspectivas positivas para Bolivia.

Erika Brockmann Politóloga

 “Hay cortinas de humo para no cuestionar”

Los resultados de esta elección son aparentemente mucho más bajos que en el 2015 para el MAS. Todos hubiéramos pensado que el desempeño del MAS iba a ser similar al del  2015 o  incluso mejor tras su victoria y el retorno al poder, el año pasado con 55%, pero eso no ocurrió. Se ve que donde obtuvo las alcaldías como en Oruro y Sucre los resultados son tremendamente ajustados y para su gobernabilidad va a necesitar hacer acuerdos con otras fuerzas.

Hay un bloque de más del 15% que apoyó al MAS el 2020 que no le ha dado un cheque en blanco y es aquel que se molesta con el abuso de poder y con el uso de recursos públicos para apuntalar a los candidatos. Además de que el MAS tuvo pésimos candidatos y hubo un desplazamiento de la base popular, por ejemplo  hacia el MTS en los lugares donde menos se hubiera pensado.

Entiendo que hay grupos radicales que están tratando de poner una cortina de humo para no censurar, ni cuestionar a Evo Morales y más bien están radicalizando su discurso, señalando que hay que hacer cambio de gabinete, impulsar el juicio de responsabilidades. La peor pérdida que tuvo el MAS fue la fisura en El Alto, donde el voto duro no fue suficiente para ganar, y  la mejor manera de cerrar filas para el MAS es incorporando el discurso polarizante hacia la oposición.

Es  difícil decir que el MAS perdió todo.  Nos guste o no es la única fuerza con presencia nacional, con recursos y con una base relativamente cohesionada. Creo que las oposiciones son las que más  perdieron, hay que reconocer que el sistema de partidos que estaba emergente en oposición al MAS se está experimentado una debacle.

Paul Coca Analista político


 “Evo Morales se jugó su propia imagen”

En la sensación real lo que se ve es que el MAS  ha perdido espacios en comparación a anteriores procesos electorales. No hay duda de que a los disidentes les ha ido muy bien: Eva Copa, Cristhian Cámara, Ana Lucía Reis, Regis Richter, Damian Condori, etc. Se ve cierto retroceso del MAS en comparación a otras elecciones en esos espacios.

Ahora,  dentro de la situación interna, el MAS no va a reconocer eso. El MAS ya se ha reunido y ya dijo que es la primera fuerza. Evo Morales ha dado cifras que no concuerdan con la realidad, pero las ha dado. No van a mostrar hacia el público que han perdido alcaldías o gobernaciones.

Evo Morales se jugó su propia imagen. Los candidatos a dedo que él eligió en muchos sectores no han sido los vencedores. Se jugó que los militantes lo reconozcan otra vez como líder, que vuelvan a obedecerlo,  a cumplir con lo que él instruya.

Vemos que en el MAS existen tres grandes figuras: David Choquehuanca, Luis Arce y Evo Morales, y hay elecciones el 2025, en menos de cuatro años. La pregunta es cuál va a ser el candidato del MAS, no pueden ser los tres y solo hay cupo para un presidente. Evo Morales se juega el prestigio y la construcción del MAS para ser candidato el 2025, pero frente a eso  no se sabe cuál será el rol de Arce y Choquehuanca, si van a aceptar bajarse del poder fácilmente y  dejar que Evo Morales postula al mejor retorno.

Ni Evo Morales ni Luis Arce van a hacer un mea culpa de reconocer los errores; perdieron territorio político, votación y cierto nivel de credibilidad, se sabe que el “dedazo” en ciertas regiones ha sido bastante perjudicial.

Franklin Pareja Politólogo


“El equilibrio de poderes es relativo”

La victoria que obtuvo contundentemente Luis Arce en las elecciones nacionales  no se ha reflejado en el nivel subnacional, esto denota de que la población tiene una visión más crítica y al mismo tiempo cuenta con más opciones cuando se trata del nivel subnacional.

Sin embargo, el punto radica en si es si las gobernaciones y alcaldías constituyen un equilibrio o redistribución del poder, eso es muy relativo, porque en Bolivia a pesar de contar con un régimen de autonomías, las mismas han sido sofocadas, tuteladas, básicamente limitadas en sus competencias y muy restringidas en la capacidad de captar recursos, lo cual hace que a pesar de ser espacios democráticos aparentemente adversos, opositores, lo cierto es que no tienen la musculatura suficiente y quién realmente sigue controlando el poder es el Gobierno nacional que concentra el 80% de los recursos económicos.

Evo Morales no ha dejado de ser una sombra incómoda para Luis Arce y al mismo tiempo tiene mayor supremacía y control sobre el Órgano Legislativo y para implementar medidas Arce necesita a la Asamblea Legislativa, la cual se ha convertido en un espacio quizás más fidelizado a Evo Morales que a él.

Haber obtenido malos resultados en las principales capitales de departamento y en varias gobernaciones pone nervioso al gobierno, que deberá necesariamente coordinar en un momento de crisis sanitaria y económica. Este contexto hace ver que no es una buena idea por parte del Gobierno iniciar un proceso detención lejos de la pacificación, se pone en riesgo la viabilidad no solamente de gobiernos subnacionales sino también del gobierno  nacional. Fuente: Página Siete