El Monseñor Sergio Gualberti indicó que estamos enviados a comunicar y dar testimonio del Evangelio del amor, de la comunión y de la hermandad

El Arzobispo Sergio Gualberti recordó que Jesús pidió que, no olvidemos que nosotros hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios amor, un Dios que no vive en una espléndida soledad, un Dios comunión íntima y comunicación viva de personas, fuente inagotable de unidad y de amor, un Dios que se entrega y se comunica incesantemente con nosotros sus criaturas.
El prelado remarcó que fieles a nuestra vocación, tenemos que vivir nuestra fe en comunión con el Señor y con los hermanos, unidos, por el amor de Dios, en el único pueblo de Dios.
“En este marco, celebramos en Bolivia la Jornada de las Comunidades Eclesiales de Base, las células iniciales de iglesias unidas en el amor, al igual que las primitivas comunidades cristianas. Les acompañamos y animamos a mantenerse fieles a su vocación, a vivir su fe en comunidad y a dar testimonio del amor de la Santísima Trinidad entre los hermanos más alejados y necesitados”, reflexionó Gualberti.
El Monseñor precisó que se celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad, el misterio del ser sobrenatural de Dios, el misterio sublime y principal de nuestra fe y de la vida cristiana.
«Sobre él, se han cuestionado tantos creyentes y teólogos; a los mismos apóstoles les costaba creérselo. Y es que es increíble, por nuestra mente humana, concebir un solo Dios en tres Personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo», indicó Gualberti.
Así mimo, el religioso aseguró que, si no recurrimos a la palabra de Dios y no escuchamos a Jesucristo, no podría caber en nuestras capacidades intelectuales, tan maravilloso misterio de la vida íntima de la Trinidad y de la comunión y la comunicación perfecta entre las tres personas.
Gualberti puntualizó que se debe seguir el ejemplo de María que, acogiendo la voluntad del Padre, aceptó ser madre del Hijo de Dios por gracia del Espíritu Santo, para que nos acompañe y proteja a todos, en particular a los que sufren a causa del Covid-19 y de otras enfermedades, para que a nadie les falte la atención sanitaria y para que experimenten su cercanía en las horas del dolor y reaviven su esperanza y su fe en el amor de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.