La mayoría de demencias se inician con fallos de memoria, desorientación o problemas del lenguaje. Sin embargo, llega un momento en el que evidencian además limitaciones en la masticación y deglución.
Toda aquella persona que tenga un familiar o conocido con la enfermedad de alzhéimer se habrá enfrentado a esta realidad. Las personas con demencia tienen problemas para tragar la comida y también para beber. Lo cierto es que resulta tan devastador como llamativo el hecho de que llegue un momento en el que ni tan solo sean capaces de llevar a cabo la masticación y la deglución.
¿Es porque les cambia el carácter? ¿Se debe quizá a que pierden las ganas de comer? En absoluto. Este fenómeno se denomina disfagia y tiene un origen cerebral. Los mecanismos neurológicos que regulan el movimiento de estas áreas básicas en la alimentación quedan dañados. A ello se le añade otro hecho: el acto de comer también requiere poner en marcha tareas cognitivas.
Cortar los alimentos, pensar en qué momento llevarnos a la boca la cuchara o el tenedor o incluso decidir cuándo empezar a masticar o detenernos son procesos cognitivos altamente complejos. Para nosotros resultan actos del todo automatizados. Sin embargo, basta con ver de cerca las enfermedades neurodegenerativas para tomar conciencia de muchas cosas.

Las personas con demencia tienen problemas para tragar la comida: ¿a qué se debe?
Negarse a comer, cerrar la boca o expulsar todo lo que se le introduce en una cuchara. Es muy común que, al llegar a las fases más avanzadas de la enfermedad de Alzheimer, aparezcan fenómenos muy complejos durante la alimentación. Es entonces cuando la familia toma contacto por primera vez con la condición neurológica de la disfagia.
Ahora bien, es muy posible que más de uno se diga aquello de “¡pues yo también me atraganto durante las comidas al beber o al ingerir algo concreto!”. Es cierto, a todos nos ha pasado alguna vez. Estas experiencias tan incómodas se deben a que, aunque no lo parezca, comer y beber son funciones complejas que lleva a cabo el cerebro y muchas de ellas requieren un control consciente.
Problemas tempranos en la alimentación con las personas con demencia
En las fases tempranas, es común tomar contacto con fenómenos muy concretos de la demencia. Sabemos reconocer los olvidos, la desorientación espacial y también esa pérdida progresiva para expresarse y comprender el lenguaje. Sin embargo, a veces, pasamos inadvertidos algunos procesos asociados a la alimentación. Son los siguientes:
- Ante la sensación de hambre o sed, la persona puede reaccionar de manera emocional y no conductual. Es decir, en lugar de comer o beber, se dejan llevar por el mal humor o la irritabilidad.
- Muchos pierden habilidades para la motricidad fina y, en general, en la destreza manual. Esto se traduce en problemas para cocinar por ellos mismos y también para cortarse la comida. Suelen llevarse a la boca trozos demasiado grandes, lo que aumenta el riesgo de atragantamientos.
- Asimismo, en las fases intermedias de la demencia tipo alzhéimer aparecen ya problemas para tragar. Aunque la persona lo intente, a veces no puede. La parte automática de la deglución de agua o alimento se ve limitada.
- Otras veces, la persona es incapaz de formar el bolo alimenticio al no masticar. Es decir, se queda con la porción de alimento en la boca sin hacer nada.
Las personas con demencia tienen problemas para tragar la comida a causa de la disfagia
Según un estudio, las personas con demencia tienen problemas para tragar la comida en las fases tempranas. Si bien es cierto que la disfagia como tal aparece en etapas avanzadas del alzhéimer, los problemas de deglución aparecen con anterioridad.
Asimismo, es importante señalar que estos problemas también surgen en adultos de edad avanzada. No obstante, en lo que se refiere a las enfermedades neurodegenerativas sabemos que surgen cambios corticales y biomecánicos.
Hay redes neuronales que dejan de funcionar, lo que deriva en dificultades para tragar y en las alteraciones de las funciones ejecutivas. Esas a través de las cuales la persona decide cuándo tragar, cuándo masticar, etc.

¿Qué hacer si mi familiar tiene problemas para tragar?
Sabemos que las personas con demencia tienen problemas para tragar la comida. ¿Qué hacer entonces si tenemos un familiar con esta gran limitación?
Es una realidad altamente compleja en la que se alberga el miedo de que aparezcan atragantamientos. En estas situaciones es necesario consultar con logopedas y expertos en alimentación asociada al alzhéimer.
Por lo general, son muy útiles las siguientes pautas:
- Procurar que la persona se alimente con la espalda recta y con la cabeza un poco inclinada para evitar atragantamientos.
- Optar por preparar alimentos que sigan una textura adecuada para la deglución. Por ejemplo, los purés deben cubrir todas las necesidades hídricas y energéticas para la persona. Evitaremos a su vez alimentos pegajosos como la miel o fibrosos como la alcachofa, aunque los hayamos preparado en puré.
- Tomar conciencia de que la alimentación del familiar va a requerir más tiempo y paciencia. Le daremos la comida en cantidades pequeñas con una cuchara o cucharilla de postre. Es importante recordar que la cuchara debe tocar la base de la lengua, puesto que así se estimula la deglución.
- Mantener a la persona con la espalda recta después de las comidas y durante una hora para facilitar la digestión.
No obstante y para concluir, recordamos que en estas circunstancias es decisivo contar siempre con el apoyo de los expertos. Favorecer la calidad de vida de nuestros familiares es el principal objetivo.