El volcán Cumbre Vieja entró en erupción el pasado 19 de septiembre y hasta el momento ha destruido 763 hectáreas, además, no se han registrado víctimas. Los geólogos aún no tienen certeza cuánto tiempo se extenderá su actividad.
El volcán Cumbre Vieja seguía este martes lanzando lava y cenizas sobre la isla española de la Palma, en el archipiélago de Canarias, donde ya ha destruido centenares de viviendas y obligado a evacuar a casi 7.000 vecinos desde que comenzó su erupción hace un mes.
El Cumbre Vieja entró en fase eruptiva el 19 de septiembre, cuando emitió espectaculares ríos de lava que iniciaron un lento descenso hasta alcanzar finalmente el mar, diez días después. Pese a que la erupción no ha dejado ninguna víctima, las ardientes coladas de magma -grises y naranjas- han ido destruyendo todo a su paso, y cubren ya 763 hectáreas.
La lava ha arrasado 1.956 edificios, incluidas centenares de casas, de acuerdo con las últimas cifras del gobierno español. Las nubes de ceniza que emite sin descanso el volcán, y que tiñen de gris parte de la isla, también perturban regularmente las conexiones aéreas con La Palma.
A un mes del inicio de la erupción, acompañada también de recurrentes sismos menores, los geólogos no saben pronosticar cuánto tiempo puede extenderse su actividad.
El Cumbre Vieja expulsa 10.000 toneladas de dióxido de azufre por día y, para considerar que empieza a apagarse debería descender a 400 toneladas, según explicó a la prensa David Calvo, vocero del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
“Nadie es capaz de afirmar que ésta es su finalización”, afirmó el jefe del gobierno regional de Canarias, Ángel Víctor Torres.