La protagonista de «Friends» atravesó complicados problemas durante la niñez.
Ahora es puro glamour, éxito y fama. Jennifer Aniston protagoniza muchos de los éxitos del cine norteamericano y es una de las mujeres más ricas del mundo del espectáculo. Pero aún hoy recuerda la dura infancia que le tocó atravesar.
La protagonista de “Friends” pasó por dos matrimonios fallidos y muchos la miran con prejuicios porque no fue madre. Sin embargo, Jennifer Aniston debió recomponerse tras una mala relación con su madre y la lejanía con su progenitor.

Nacida en Los Ángeles, Jennifer Aniston se mudó muy pequeña a Nueva York, donde estudió actuación desde los once años. Sin embargo, parte de su niñez habitó en Grecia, lugar donde nació su padre.
Cada vez que puede, la actriz y expareja de Brad Pitt cuenta que sus padres se separaron en noviembre de 1979, tras once años de matrimonio, cuando ella tenía 10 años: su padre dejó a su madre por otra mujer.

“Fui a una fiesta de cumpleaños, y cuando regresé, mi madre dijo: ‘Tu padre no va a estar aquí por un tiempo’ -recordó Aniston-. Ella no dijo que se había ido para siempre”. Aunque se quedaron ellas dos, la relación no fue muy buena.
Lo peor fue cuando llegó la fama a la vida de Jennifer porque su madre recorría los programas de televisión y contaba secretos de la vida de su hija, tanto que llegó a escribir un libro. Por eso, estuvieron 15 años sin hablarse.

La pandemia de la unión
El coronavirus fue la excusa para que Jennifer Aniston y su padre tuvieran un acercamiento después de tantos años. Una persona allegada a la actriz relató que ella logró perdonar a su padre por haberse marchado hace mucho tiempo.

Entre los pensamientos que tuvo Jennifer para tomar esta decisión, según contó su amiga a The Mail on Sunday, uno fue que con la pandemia se dio cuenta de que la vida es muy corta y que quiere que la relación con su padre mejore.