Estudio: gastos en clases presenciales son mayores; alumnos aprenden menos en virtuales

El libro «Pandemia y Crisis (resiliencia y adaptación)» expone también que el trabajo de los padres aumentó.

Camila, de 14 años, está en tercero de secundaria en un colegio de Colcapirhua, en el Eje Metropolitano de Cochabamba. En medio de la pandemia de COVID-19, tuvo clases virtuales y, hace poco, empezó nuevamente las presenciales.

En su casa hay internet y tiene los equipos necesarios (laptop y celular) para los cursos a distancia. Sin embargo, su mamá, Marlene, reconoció que percibe que el aprendizaje no se compara al sistema presencial; aunque destaca la habilidad de varios profesores.

Agregó que en las clases presenciales los gastos son mayores, por el material escolar, uniforme y hasta el gasto en pasaje u otros.

La experiencia de esta familia coincide con varios resultados que se publicaron en el libro ‘Pandemia y Crisis (resiliencia y adaptación)’, presentado el lunes.

El documento fue dirigido por el investigador del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES) Roberto Laserna, y fue apoyado por 11 coautores.

La publicación incluye nueve estudios con distintos temas, y el momento del análisis abarca la conclusión de la tercera ola de la pandemia y poco antes de comenzar la cuarta. Se realizó a mediados de octubre de 2021.

Entre los hallazgos del estudio se expone el capítulo “Efectos de la pandemia en la educación y crianza de los hijos”, escrito por Pedro Badrán y Cecilia Jaldín.

Badrán describió que hay niños que nacieron en un entorno de encierro desde 2019.

“A nosotros nos llega la pandemia con un previo calentamiento, desde los 21 días de protesta luego de las elecciones de 2019 y los conflictos postelectorales”, dijo y acotó que, luego, actividades como las escolares ya no fueron normales.

Después, con las cuarentenas, al final de la tercera ola, cerca de la mitad de los estudiantes desarrolló clases a distancia o virtuales.

El estudio devela que en un 68% de los hogares buscó establecer un lugar específico para que los niños puedan pasar clases virtuales.

“Claro que este 68% lo debemos  matizar diciendo que tiene una mayor concentración en las zonas urbanas, en las zonas metropolitanas, en las ciudades grandes y medianas, que es donde la prestación de servicios de internet da como para pensar en tener clases virtuales”.

Badrán detalló que conforme uno se aleja de las ciudades, las clases semipresenciales y presenciales “le van ganado terreno a las clases virtuales”, debido a la carencia de dispositivos como celulares y computadoras o a la deficiencia en la señal de internet.

Este tema va ligado a un incremento de trabajo de los padres en el hogar, porque los estudiantes “están en casa durante el encierro”.

De acuerdo con los resultados del estudio, un 49% de estudiantes tiene clases virtuales o a distancia; un 21%, presenciales; y un 29%, semipresenciales.

LOS GASTOS

La suspensión de las clases presenciales trajo muchos efectos, uno de esos fue el cambio en el presupuesto de los gastos familiares.

El 34% de los encuestados con hijos o menores de edad bajo su responsabilidad expresó que el gasto en educación bajó, el 26% dijo que sigue igual, un 21% percibió que aumentó mucho y un 19%, que creció poco.

“Si bien la tendencia general nos indica que el gasto en educación bajó, lo cierto es que, en el quintil más pobre, cerca del 33% de quienes lo conforman indican que el gasto en educación subió mucho”, se expone en el libro, develando que las familias más empobrecidas sintieron efectos negativos.

Entre otros hallazgos, se incluye que la percepción de la mayoría de los padres es que sus hijos dejaron de aprender desde que se suspendieron las clases presenciales, además de que se incrementó el trabajo para los padres en casa.

Según un reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el 62% de los estudiantes siente que aprendió “más o menos”, poco o nada con las clases virtuales, el 51% considera que los medios no son ni sencillos ni difíciles, y el Zoom se consolida como la principal  plataforma para la educación en línea.

Entretanto, la encuesta de U-Report de Unicef da cuenta de que adolescentes bolivianos dicen aprender muy poco con la enseñanza virtual.