Lo confirmó el alcalde, Igor Kolykhaev. En paralelo, fuerzas rusas incrementaron los bombardeos sobre la capital, con un ataque a una estación de trenes.
En diálogo con la prensa, el alcalde dijo que las fuerzas rusas «entraron en Kherson (Jerson) ayer, así que estamos rodeados. También entraron en la ciudad de Kherson». Además, explicó que tuvo contacto con los invasores para abrir la posibilidad de atender heridos e ingresar alimentos. «Hoy planeamos realizar una reunión, un grupo de contacto para poder llevar a cabo la vida de la ciudad de Kherson. Porque tenemos un montón de grandes daños. No hay electricidad donde tuvieron lugar los combates. No hay suministro de gas, no hay agua, hay muchos heridos y hay «200» (muertos)», expresó.
Un civil ucraniano se manifiesta en el centro de Jerson ante las tropas rusas.
Al mismo tiempo, remarcó que «las tropas rusas regulares están presentes y la gente realmente tiene miedo de salir» pero señaló que se estan acabando los alimentos: «Se está acabando la comida, así que tenemos que volver a poner en marcha las panaderías: los trabajadores ahora tienen miedo de ir a trabajar».
Además, dijo que a los militares rusos les pidió «que detuvieran las hostilidades, retiraran el equipo de la ciudad de Kherson, retiraran los vehículos blindados de transporte de personal, retiraran los tanques, para no asustar a los habitantes de la ciudad de Kherson» y que en la ciudad «debería haber una bandera ucraniana sobre la oficina del alcalde. Kherson es Ucrania, estos son temas muy importantes para mí».
Con un convoy de más de 60 kilómetros, el ejército ruso también profundizó el asedio sobre la ciudad capital ucraniana en el séptimo día de la invasión ordenada por el presidente ruso Vladimir Putin. La disparidad de la capacidad militar entre ambos países se reflejó este miércoles con una nueva oleada de misiles que golpearon Kiev y otros distritos populosos.
Esta tarde, una fuerte explosión se sintió cerca de la estación central de ferrocarril de la capital ucraniana. La información fue dada a conocer por el asesor del Ministerio del Interior Anton Herashchenko en un post en Internet, mientras que un testigo confirmó el hecho a la agencia Reuters.
Tras fracasar en la toma rápida de las principales ciudades y en el sometimiento del ejército ucraniano, las especulaciones sobre la estrategia de Rusia han llevado a pensar que el Ejército realizará un cambio de rumbo táctico para empezar a rodear las ciudades, cortando las rutas de suministro y de escape, y atacando después con una fuerza combinada de blindados y tropas de tierra.
El bombardeo más intenso ha afectado a Járkov, una ciudad de 1,5 millones de habitantes en el este, cuyo centro se ha convertido en un páramo bombardeado de edificios en ruinas y escombros.
Desde el inicio de la guerra, las fuerzas rusas habían lanzado 450 misiles contra objetivos ucranianos, entre los que se encuentran instalaciones militares, edificios públicos del gobierno y emplazamientos urbanos.
Desde el comienzo de la ofensiva, las fuerzas rusas mataron a más de 2.870 soldados y «nacionalistas» ucranianos e hirieron a unos 3.700. Así lo afirmó el Ministerio de Defensa de Moscú, citado por la agencia de noticias Interfax. En tanto que aseguraron que cerca de 500 soldados rusos han fallecido, cifra que desde el gobierno de Ucrania aseguran que es aún mayor a la informada.