El crecimiento de la mancha urbana en los municipios, el contrabando y el Covid-19 son algunas de las causas que dieron un golpe de gracia a la producción lechera cochabambina
Los productores de leche en Cochabamba viven días difíciles y proyectan que cada semana que pasa la situación se les complica. Han pasado de producir 600.000 litros por día a 300.000 y no solo se debe a la pandemia existen varias factores que provocan, entre ellos el crecimiento de la mancha urbana.
Desde la pandemia, el sector identificó tres causas para la reducción de hasta en un 50 por ciento de la producción de leche en los últimos años en Cochabamba.

Una de las principales es el avasallamiento de tierras agrícolas, que se consolidan con la ampliación de las manchas urbanas en los municipios. Por ejemplo, en la zona sur de la ciudad, los productores tuvieron que dejar sus predios para ir a cultivar pasto en áreas más lejanas aumentado sus gastos.
“El terreno agrícola da el forraje para los animales, pero cada año estamos más estrangulados. Los avasalladores están a mi alrededor”, señaló Mario Mercado, productor lechero.
Estos avasallamientos también están debilitando la seguridad jurídica y alimentaria, para los productores y dueños de granjas, tanto el Ministerio Público como la Gobernación y otras instituciones deben investigar quiénes están detrás.
“Hay gente involucrada desde funcionarios públicos, jueces y fiscales. Hay gente especializada en agarrar terrenos”, afirmó Luz Marina Canelas, propietaria de hacienda avasallada.
Sidia Alba, encargada del Consejo de la Magistratura afirmó que en caso de que hubiera involucrados se realizará una investigación y se hará la denuncia correspondiente.
“Saben quiénes son, son clanes que están moviéndose en esto, debería actuar la ley”, indicó Luis Laredo, Federación de Entidades Empresariales de Cochabamba.
Otro de las causas para la baja producción y cierre se granjas es el contrabando, que arroja pérdidas millonarias con el ingreso de productos lácteos del extranjero, a costos muy bajos.
Finalmente, la pandemia dio uno de los golpes más duros al sector lechero desde 2020, las granjas tuvieron que despedir gente para evitar cargos sociales.
Mientras las manchas urbana sigan ampliándose, el avasallamiento de tierras continúe y, el Gobierno no plantee soluciones reales al problema de los lecheros se proyecta que cada año más granjas se cierren y las familias cambiarán de rubro, dejando una actividad que heredaron de sus abuelos.