El café gourmet boliviano conquista el mercado europeo

Un aroma incomparable, muy bien balaceado, con notas chocolatadas y de frutas. El café producido por 600 familias de La Asunta, La Paz, en poco tiempo logró conquistar el mercado europeo de la mano de la empresa francesa Malongo. 

  • La producción de café en distintas zonas de La Asunta, en La Paz.

Éste es el resultado de un trabajo iniciado en 2018 con el apoyo de Francia (Mildeca). En enero de 2021, se exportó un total de 207 sacos con un peso de 12.420 kilogramos de café de alta calidad para los mercados francés, belga y suizo, que generaron una ganancia para la comunidad de 41 mil dólares americanos (285.369 bolivianos). 

Esta producción es apoyada por el proyecto de desarrollo integral de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc por sus siglas en inglés). Este proyecto pretende mejorar la calidad de vida de los productores de café con ingresos dignos y sostenibles, asimismo mitigar los avances de la coca excedentaria en un clima de paz social. 

El gerente general de Malongo, Jean-Pierre Blanc, y su gerente comercial, Jean-Christophe Galland, llegaron a Bolivia la semana pasada para firmar un acuerdo de colaboración de cinco años con los productores con el fin de elevar los volúmenes de producción hasta los 20 contenedores de exportación, y después analizar una ampliación hasta llegar 50 contenedores.

“La producción va a aumentar de manera progresiva porque cuando se siembra una planta de café se debe esperar tres años para la primera producción, entonces es algo muy progresivo y hoy en día existen unas 400 hectáreas aproximadamente que hacen vivir a muchas familias”, dijo Blanc. 

Agrega que para este proceso ha sido clave la calidad, “porque, si queremos lograr esos mercados específicos en Europa, hay que ir por la calidad. Vamos a trabajar para verificar cada etapa de la producción hasta la exportación, hasta el secado en El Alto como controlar para asegurar un producto de buena calidad, café gourmet para el mercado europeo”. 

Blanc destaca que el programa no va a aportar la riqueza, pero el objetivo es tener una vida digna con un techo con suficiente alimentación para toda la familia, con acceso a la educación y acceso a la salud con los programas sociales que lleva también el programa de comercio justo y solidario.

En tanto, el representante de la Unodc, Thierry Rostan, explicó que este proyecto entró en marcha gracias a la coordinación entre varias instituciones del Gobierno central, local y los productores cafeteros.

“En estas zonas de cultivos de coca excedentaria, cuando viene la erradicación o racionalización, estas familias terminan sin ningún ingreso, y nosotros hemos detectado las necesidades, en términos de seguridad alimentaria y en términos de productos con valor agregado, y esta cadena de valor que se trabaja es a través de cafés especiales”.

Agrega que Bolivia tiene una excelente calidad en la producción de cafés certificados por el comercio justo y, en el futuro, orgánico. “Las primas que se van a pagar son muy interesantes, significativas y representan ingresos para las comunidades para que puedan vivir con dignidad y buenos ingresos”.

Rostan señala que tanto el Gobierno como las comunidades han entendido la necesidad de abrir las puertas a nuevos mercados como los que propone Malongo trae “la sostenibilidad obviamente de nuestros programas, porque la idea no es quedarse toda la vida apoyando a las comunidades”. “En algún momento, ellos tiene que volar por sí mismos a través de sus acuerdos comerciales. Por eso es que nosotros hemos involucrado, invitado a un nuevo actor que es el sector privado, pero con responsabilidad social empresarial y este sector privado es la empresa Malongo, que trabaja en el marco del comercio justo y solidario”. 

Cacao orgánico 

Ante los resultados de esta primera experiencia con los productores de La Asunta, varios municipios solicitaron ser parte del programa de producción de café; sin embargo, no sólo se trata de ese producto. Según Rostán, los yuracarés y su cacao silvestre de Chimoré, Cochabamba, también piden ser parte del programa.

“Podría haber mercados interesantes para un cacao tan excepcional y que, lamentablemente, no pueden exportar porque no tienen la capacidad. Es difícil llamar desde la selva del Chapare a un comprador internacional en Europa. Nadie les va a hacer caso, obviamente, por eso es que a través de una filial de Malongo, en Suiza, estamos explorando la posibilidad de sinergia con ellos, justamente con comunidades indígenas que podrían exportar también a Europa y tienen una gran cantidad. Están produciendo más de 30 toneladas de cacao silvestre, eso vale oro y sería una exportación significativa”, indicó. 

Preservación del medioambiente

Para el gerente general de Malongo, Jean-Pierre Blanc, la protección del medioambiente y de las biodiversidades es “un asunto clave” del proyecto, porque el cultivo o el monocultivo de la coca consume muchos químicos y productos fitosanitarios. Hay una degradación muy fuerte, una contaminación de la tierra, pero y cuando se reemplazan estos cultivos por café se necesitará árboles frondosos para que den sombre.