Ferroviaria Andina: de la no nacionalización a la cartera de Gill

Uno de los puntos olvidados de la Agenda de Octubre que llevó al poder a Evo Morales en 2006 era la de la reactivación de la actividad ferroviaria, otra de las víctimas de la capitalización de los 90, aunque ya atravesaba años de dolor. La Agenda contemplaba básicamente la industrialización del país, y en ello, controlar el sistema de transporte de mercancías de alta capacidad pasaba por ser esencial.

Ferroviaria Andina: de la no nacionalización a la cartera de Gill

El negocio ferroviario se encontraba partido en dos, la Ferroviaria Oriental, que administra la línea troncal del oriente, desde el norte cruceño hasta la salida por Yacuiba hacia la Argentina, y que no tardó en hacerse lucrativa en base a la soya y otros productos agrarios, y la Ferroviaria Andina, que en operación, además de un tren por Villazón, Uyuni y toda la zona minera con más mística que utilidad, tenía la explotación de salida hacia los puertos chilenos del material minero de San Cristobal, explotada por el gigante minero nipón Sumimoto y que se centra en la producción de concentrados de zinc-plata y plomo-plata.

En las últimas semanas Ferroviaria Andina ha anunciado la puesta en marcha de la línea Arica – La Paz, para lo que se ha hecho una fuerte inversión, aunque el origen de esos recursos de inversión está generando polémica en el mundo empresarial. Por otro lado, los transportistas también han advertido el daño económico que generará al sector al acaparar un negocio que actualmente está en manos de miles de camiones que a diario transitan el camino hacia los puertos del norte chileno.

¿Quién es Ferroviaria Andina?

El Gobierno de Evo Morales no nacionalizó el negocio ferroviario, pero eso no quiere decir que se olvidara de él. La sociedad anónima es una de las entidades emisoras de la Bolsa Boliviana de Valores, donde se detalla que aunque fue una empresa que reportó pérdidas la gestión pasada, tiene líneas de crédito abiertas con el Banco Unión – de 41 millones de bolivianos -, con el Banco Bisa – de hasta 12 millones de dólares -, y con el Banco de Crédito –de más de nueve millones de bolivianos.

La mayoría de las acciones (50,04%) de la empresa las tiene inversiones BolivianRailway, de propiedad del magnate venezolano Carlos Gill – dueño de La Razón e inversor de proyectos estratégicos como el Teléferico y otros -. Gill ejerce además como Presidente del Directorio y es quien nombró al principal ejecutivo, Mauricio Eloy Ettiene Solares, que ejerce como apoderado de la empresa y ha venido coincidiendo con Gill en otras inversiones y que la periodista Lupe Cajías sindicó en esta nota de ser parte del “entramado masista”.

El resto lo tienen las dos aseguradoras de largo plazo del país a través de dos Fondos cerrados de inversión. Previsión, del BBVA, tiene un 24,96% y la AFP Futuro de Bolivia el mismo porcentaje. Cabe señalar que es el Gobierno el que tutela la inversión interna de los Fondos de las AFP.

El ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, muy cuestionado en los últimos días, ha asegurado que la empresa ha suspendido las pruebas piloto, pero los transportistas no creen que la inversión se vaya a suspender y exigen garantías sobre sus fuentes de trabajo. Curiosamente, Montaño reveló que la autorización de la operación no la ha dado su Gobierno, sino la administración de la expresidenta JeanineÁñez. /elpais