Moodys’s observó que Bolivia tiene un importante déficit fiscal y reservas internacionales decrecientes, además de grandes necesidades de financiamiento en los próximos dos años.
La calificadora internacional Moody’s Investors Service cambió la perspectiva de las calificaciones del Gobierno de Bolivia de estable a negativo, situación que refleja una perspectiva de riesgo de debilitamiento del perfil crediticio soberano del país.
Moodys’s observó que Bolivia tiene un importante déficit fiscal y reservas internacionales decrecientes, además de grandes necesidades de financiamiento en los próximos dos años.
El economista Germán Molina, a modo de ejemplo, menciona que las calificadoras hacen un trabajo similar al de un banco con los clientes que por algún motivo incumplen el pago de sus créditos en los plazos establecidos; se les baja la calificación de solvente a riesgo.
Algo parecido hacen las calificadoras con los países que adquieren financiamiento de organismos multilaterales o privados. Evalúan variables como el déficit fiscal para determinar si el Gobierno financia sus gastos con recursos genuinos o con créditos.
Molina indicó que Bolivia reporta déficit fiscal desde la gestión 2014, de modo que no se trata de una situación coyuntural o transitoria, sino de algo estructural que representa una alerta de riesgo para los organismos que desean invertir en Bolivia u otorgar créditos.
A decir de Molina, la reducción de la calificación de Bolivia de estable a negativo implica un aumento de dos hasta tres veces en la tasa de interés de los créditos externos que el Gobierno llegase a contratar. Esta situación explica, según el analista, el porqué no se colocaron los bonos soberanos de hasta 3 mil millones de dólares previstos en el Presupuesto General de la Nación (PGN).
La colocación de bonos soberanos a tasas de interés elevadas hubiera sido cuestionado desde el punto de visto económico y político.