Santa Cruz es el departamento con la mayor superficie de soya cultivada, pero la producción depende de varios factores, entre ellos la lluvia, las plagas y las enfermedades que atacan a la planta en etapas tempranas o cuando está por concluir el periodo de siembra.
Actualmente los productores acogen las nuevas variedades de soya de acuerdo con las necesidades que tienen, sin embargo, el margen de pérdida aún existe y en muchas ocasiones puede ser igual o mayor al 50% de la inversión que se realiza.
En Santa Cruz se cumplen dos campañas de cultivo, una en verano y otra en invierno, y si bien se podría considerar que es lo necesario, en varias ocasiones la lluvia no es suficiente o las enfermedades atacan drásticamente.
A diferencia de los países vecinos, Bolivia solo aprobó un evento biotecnológico para la soya. Data de 2005 y es resistente al herbicida glifosato. En cambio, en Argentina, Brasil y Paraguay se introdujeron los eventos biotecnológicos HB4 (resistente a la sequía) e INTACTA (control de malezas y control de plagas). La introducción de ambos permitió que mejorar la producción y el rendimiento de la soya en esos países, según señalaron miembros de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
La campaña en 2022
El presidente de Anapo, Fidel Flores, señaló que la campaña de verano, que inició en diciembre, sufrió una “larga sequía” que afectó a toda la región.
“A nosotros también nos ha afectado, esto ha ocasionado también que la soya al ser un producto de demanda a nivel mundial haya incrementado los precios y dada la coyuntura de estos precios internacionales buenos para este grano, nosotros deberíamos aprovechar, pero no lo estamos aprovechando porque no tenemos acceso a nuevos eventos de biotecnología como lo tienen en otros países, que son cultivos de mayor rendimiento y a bajo costo”, dijo.
Flores aseguró que si los productores tendrían la posibilidad de acceder a nuevos eventos biotecnológicos, podrían incrementar su producción en 30%, lo que llevaría a exportar el excedente y generar más divisas para el país.
Asimismo, destacó que, al no tener acceso a biotecnología, no pueden competir en producción y costos con otros países. También lamentó que ingresen productos desde Argentina de manera ilegal, ya que perjudican a los productores.
“Creo que es el momento de que el Gobierno permita acceder a estos nuevos eventos de biotecnología y crear una norma que nos permita hacer la aprobación y evaluación en forma abreviada de estos eventos”, añadió.
En el campo
La realidad en los campos de soya es diversa y los productores no pueden cuantificar sus pérdidas cuando falta lluvia o atacan las enfermedades o plagas, aunque manejan porcentajes preliminares, tras la cosecha recién podrán brindar detalles.
Los productores de soya están asentados en diferentes zonas de Santa Cruz, pero sobre todo en los municipios de Pailón y Cuatro Cañadas, donde está la mayor extensión de tierra cultivada.
La campaña de verano comenzó en diciembre y en la mayor parte de las zonas se usaron semillas que tienen un periodo de cultivo de entre 100 a 120 días. Como no se usan semillas tolerantes a la sequía, el crecimiento de la planta depende únicamente de la cantidad de lluvia que caiga en la zona.
En 2021 los productores sufrieron por la sequía que duró 39 días, lo que afectó directamente al crecimiento de la planta.
En la propiedad “La felicidad”, José Luis Jancko, detalló que la primera siembra se hizo el 6 de diciembre y, por falta de agua, solo se cosechó una tonelada, siendo que en otras ocasiones se cosechaba más de dos toneladas.
“Esta zona es un poco más seca por eso hacemos siembra directa, hacemos eso para no remover el suelo y que no pierda humedad. Esperamos tener arriba de 400 milímetros de agua para tener una buena cosecha”, afirmó Jancko.
Otro de los productores de la zona, Óscar Mallón, dijo que “no es fácil ser productor” por todo lo que implica el trabajo. “Este vendría a ser un año no tan malo, a los que sembramos temprano la sequía nos halló en el crecimiento de la vaina de la soya. Por eso, también han muerto muchas plantas, las que han sobrevivido no han llenado como debería ser. Nos ha afectado”, afirmó.
Mallón contó que, en cuanto al costo de producción, en un “mal año” recuperan únicamente la inversión por el alto porcentaje de pérdidas. Como la lluvia es el principal elemento del que dependen los productores, la situación es diferente. En el municipio de Cuatro Cañadas, en la “Hacienda Mauri”, se puede observar todas las afectaciones que sufren los productores.
Hay sectores donde la soya está en pleno crecimiento y la afectación por sequía u otros es mínima, sin embargo, otros sectores revelan el daño.
“Sabemos que el clima está fuera del alcance de nosotros, queda mucho trabajo por hacer, creo que desarrollar biotecnología donde se pueda y así quizá optar por variedades que tengan una mejor reacción a la sequía o que sean más tolerantes. Hay tecnología en nuestros países vecinos, acá no están liberadas, quizá eso sea la manera más práctica de paliar esto”, afirmó Lucas Vargas, productor de la hacienda que está ubicada en la zona este del municipio de Cuatro Cañadas.
El uso de la biotecnología también permitiría reducir el uso de herbicidas y agroquímicos que sirven para el control de malezas, plagas y enfermedades. Esto representaría una disminución en la inversión que hacen los productores, pero también en el impacto al medio ambiente y a evitar la expansión de la frontera agrícola.
La misión de la Exposoya
Este año, la Exposoya se organizó de manera presencial luego de ser suspendida a causa de la pandemia por el Covid-19.
La feria, que se realizó la semana pasada, reunió a más de 100 expositores, entre empresas que venden productos agroquímicos, maquinaria para la cosecha y siembra, además de productos innovadores que incentivan una nueva forma de cuidar sus cultivos.
En el espacio que también se caracteriza por la presentación de nuevas variedades de soya, este año se mostró los beneficios de seis nuevos tipos de semilla con características que responden a las necesidades de los productores.
Este año, las atracciones principales fueron los drones que presentaron las empresas Vertinetik y Hongobol. Los drones pueden ser usados para la aplicación de agroquímicos, pero también para hacer imágenes de reconocimiento de la siembra, además de ser un medio alternativo para evaluar la condición del cultivo. Vertinetik llegó este año al país y se perfila como una de las que ofrece un servicio integral.
La Exposoya recibió la visita de más de 5.000 personas. Al respecto, el gerente de la Anapo, Jaime Hernández, señaló que esta se realiza desde hace 28 años y sigue en continuo crecimiento.
“Primero hicimos en propiedades de soyeros el Día Nacional de la Soya, así se llamaba antes. Luego se traslada a esta ubicación que Anapo adquiere donde se establece su centro experimental. La gente viene a ver tecnología, y con seguridad llama la atención la diversidad de trabajos donde se muestran las nuevas variedades de soya o los híbridos para los cultivos de rotación como el maíz, sorgo y girasol”, destacó Hernández.
Apunte
– Anapo señala que, en caso de usar biotecnología para la producción de maíz, la cosecha podría incrementar hasta más de un millón de toneladas. Actualmente, se producen 650 mil toneladas de maíz en una campaña.
– En términos económicos, se estima que la recaudación por exportación podría aumentar hasta en 2.000 millones de dólares. La campaña de verano 2021 dejó divisas por 1.400 millones de dólares.
– La superficie sembrada y la curva de producción están estancadas. Durante los últimos cinco años no se dieron incrementos en esos aspectos.
– Anapo hace ensayos para analizar la época en la que se puede sembrar, además de cómo afecta la lluvia y otros factores a las plantaciones de soya. De esa manera, apoyan a los productores, mientras no se apruebe el uso de biotecnología.
– No optan por el riego de los cultivos porque en la zona, el agua tiene muchos minerales y no es adecuado para el crecimiento de la planta.