Conoce la historia del conflicto que puede ser devastador para la humanidad

El inicio de todo tiene su origen hace más de 30 años, cuando en 1991 se disuelve la Unión Soviética y sus territorios se convierten en repúblicas independientes. En ese proceso, Ucrania buscó acercarse y ser socio de la OTAN, algo que Rusia no acepta. El otro momento de esta historia se desarrolló en 2014 cuando Rusia anexo a la región de Crimea y el 21 de febrero reciente Vladimir Putin reconoció la independencia de dos repúblicas rebeldes.

En 2014 esta rivalidad va un paso más allá con las protestas en las calles de Kyev de miles de ucranianos proeuropeos en contra del presidente Víctor Yanukóvich, más afín a las ideas del Kremlin. Los enfrentamientos acabaron con la huida de Yanukóvich.

Ese momento de crispación fue aprovechado por Vladimir Putin aprovechó para invadir Crimea, en el sur de Ucrania. Una zona estratégica, pues es la salida de Rusia al Mar Negro. Perdido tras la Segunda Guerra Mundial, el objetivo siempre fue recuperarlo, lo que logró con un referendo que fue calificado de fraudulento. La anexión de Crimea a Rusia ha generado, desde entonces, protestas y sanciones económicas contra la Federación Rusa, además de peticiones para devolver dicho territorio: Putin asegura que nunca lo hará.

Putin también respaldó un conflicto en la región este de Ucrania, Donbas, que incluye los territorios separatistas de Donetsk y Lugansk. Este territorio ha sido tomado por separatistas prorrusos desde 2014.

En mayo, grupos separatistas de Donetsk y Lugansk autoproclaman sendas “repúblicas populares” y reclaman integrarse en Rusia. El este de Ucrania se convierte así en el escenario de la última guerra de Europa entre los separatistas prorrusos, con apoyo político y militar de Moscú, y el Ejército ucraniano.

El conflicto entre el ejército ucraniano y los soldados prorrusos han mantenido su curso, causando la muerte de más de 14 mil personas.

En la escalada de la última parte del conflicto, el 21 de febrero de 2022,  Putin, además, decidió reconocer a los dos territorios ucranianos como “repúblicas independientes”, lo que sirvió de paso previo para enviar a tropas rusas en “misión de pacificación” a las regiones.

Ucrania formó parte de la Unión Soviética en 1920, hasta su disolución en 1991, permitiéndole a Ucrania gozar de una clara independencia política.

Rusia nunca ha visto con buenos ojos a la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN), una alianza derivada del Tratado de Washington que se realizó el 4 de abril de 1949, donde los estados que sean miembros de esa alianza se defenderán en conjunto ante una posible amenaza externa.

La desconfianza del Kremlin empezó concretamente en la expansión de la OTAN durante la época de 1990 y 2000 por toda la zona este de Europa, pudiendo tener a países como Polonia, Lituania, Estonia y Letonia en sus filas.

Vladimir Putin, presidente de Rusia, ha declarado en múltiples ocasiones que considera a la OTAN como una organización militar creada y dominada por los Estados Unidos, y que no acepta de ninguna manera que la OTAN siga expandiéndose hacia su territorio.

Sumando estos dos hechos, Rusia quiere evitar a toda costa que Ucrania forme parte de la OTAN, ya que considera a este país como parte de su “nación”, al compartir varios rasgos sociales y culturales.

“Para nosotros es absolutamente obligatorio asegurarnos de que Ucrania nunca sea un miembro de la OTAN”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov.