A la memoria de Betty Condori Rojas: La periodista que reportó un sismo y una explosión ha partido

«Qué emoción, siempre quise parar una rotativa», exclamó la periodista en la madrugada del 25 de noviembre de 2016, cuando junto a su colega Analiz Justiniano cambió la edición del diario para anunciar el fallecimiento del expresidente cubano Fidel Castro.TATIANA CASTRO

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Fuente: Opinión

Betty Condori fue una de las primeras periodistas que recorrió metro a metro el escenario de la primera explosión, en medio del Carnaval orureño, en la noche del sábado 10 de febrero de 2018.

Tras escuchar la detonación de un explosivo, llegó hasta la calle donde yacían los escombros, mezclados con restos humanos. Se sobrepuso a la impresión de ver heridos, fallecidos, de mirar rostros de dolor y gemidos, para reportar de inmediato a la redacción del periódico Opinión.

Sin saberlo, estaba en el centro de la noticia de esa fatídica noche. Más pudo la voluntad de informar, recoger testimonios, hablar con los familiares de las víctimas y buscar la reconstrucción de un hecho hasta ahora no esclarecido.

Sus dotes de reportera, enriquecida por haber recorrido las calles de grandes ciudades, de pequeños pueblos donde informó para radioemisoras y luego para Opinión, otorgaban a su personalidad un particular sello de quien gusta estar de cerca con las noticias.

Al día siguiente volvería al lugar, pero esta vez acompañada de su hija, ahora una profesional de la comunicación que, ese día, consiguió la foto de la botita abandonada de una niña, otra de las víctimas de la explosión.

La exjefa de redacción de Opinión, María Luisa Mercado, recordó otro pasaje del trabajo de la periodista. En mayo de 1998, a bordo de un taxi, viajó hasta la zona sacudida por el terremoto que afectó a poblaciones como Aiquile y Totora. Esperaba a su primogénita, pero su condición no impidió su labor como reportera.

Oruro, su amada ciudad

Allí culminó los estudios de Comunicación Social en la Universidad Técnica de Oruro (UTO), y antes de ello recibió su formación escolar en la renombrada Donato Vásquez.

Era una «donatista» y siempre que pudo reunió a sus compañeras de colegio, tanto en el valle como en Oruro, su ciudad natal.

«Querendona de Oruro, amante de la morenada y gustosa de una cerveza Huari bien fría era solo parte de la personalidad magnética de ‘Betticita’ como le decía de cariño. Ella fue la sonrisa franca que me acogió en el diario Opinión y la maestra paciente que supo contagiarme la pasión por el periodismo», la recuerda su colega, amiga y excompañera de trabajo, Tatiana Castro.

La recordó como una gran profesional, incansable por actualizarse y saber más; pero ante todo por ser «gran amiga que siempre estuvo ahí cuando la necesité».

Dotes de maestra

«¿Acaso no comenzaste aprendiendo?», regañó en una oportunidad a una experimentada colega cuando observó que reprobaba el trabajo de una joven periodista. Ella prefería enseñar a quien lo pedía, antes de rechazar un texto periodístico.

«Desde el primer día me enseñaste que no hay que bajar la guardia, que se debe luchar por lo que se quiere y, sobre todo a confiar en nuestro instinto profesional», escribió la periodista Jimena Núñez.

Además de realizar coberturas informativas y la edición de noticias en el diario Opinión, Condori fue docente de periodismo en la Universidad Ucatec.

«No hay que dejar morir esa pasión y sentimiento de capacitación permanente. Hay que fijar metas porque el periodismo está más abierto que nunca, por las posibilidades tecnológicas», dijo en un mensaje de video grabado para motivar a los estudiantes de Ucatec, en diciembre de 2019.

COVID-19 y trabajo

«Sí, tenemos miedo de volver a casa y llevar la enfermedad, y transmitir a nuestra familia, a nuestros hijos. No queda otra (alternativa), tenemos que seguir trabajando», reflexionó durante un foro organizado por la ecuatoriana Fundamedios titulado Salud Mental y periodismo, en abril del pasado año. Su enálisis parecía anticipar el escenario que le tocaría vivir a ella y a varios periodistas.

La noticia de su fallecimiento llegó el jueves 3 de junio, cuando también se conoció el deceso de la periodista de la red de televisión ATB-Cochabamba, Jhoana Tapia.

La Federación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Cochabamba (Fstpc), anunció una campaña para recaudar fondos destinados a colaborar a cuatro periodistas afectados por el Covid-19: Gioconda Astulla (Quillacollo), Carlos Arévalo, Ramiro Grájeda (Punata) y Henry Delgado (ATB Cochabamba).

¡Paren la rotativa!

«Al recordarte, se viene a mi memoria la madrugada del 25 de noviembre del 2016. Era la una de la mañana, la edición del diario se había cerrado temprano y los compañeros de la rotativa estaban a punto de comenzar la impresión. Las dos estábamos todavía trabajando en un suplemento especial, cuando llegó la alerta sobre la muerte de Fidel Castro», evoca la periodista Analiz Justiniano.

«Estábamos agotadas, pero sabíamos qué teníamos que hacer. Sin dudar, diste la orden de que se pare la rotativa, que ya comenzaba a sacar los primeros ejemplares. En cuestión de segundos, la adrenalina se apoderó de nuestros cuerpos y comenzamos a trabajar en la portada y la nota principal. Al terminar, nos miramos, sonreímos y me dijiste: Qué emoción, siempre quise parar una rotativa».