El MAS pasó de poner guirnalda de coca a Almagro a pedir sentarle la mano

En 2017, el Secretario Generalizó de la OEA se pronunció a favor del 21F, pero más de un año después avaló la repostulación de Evo. En 2019, la auditoría de la OEA -fruto de un acuerdo entre Morales y Almagro- detectó “manipulación dolosa” en las elecciones.

El MAS pasó de poner guirnalda de coca a Almagro a pedir sentarle la mano
En mayo de 2019, Morales le regaló a Almagro un cuadro de coca con su imagen.

El Movimiento Al Socialismo (MAS), partido liderado por Evo Morales, pasó de elogiar y poner guirnalda de coca a Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), a exigir su renuncia, tildarlo de infiltrado y hasta pedir “sentarle la mano”.

Almagro fue elegido como secretario general de la OEA en 2015, en 2017 se pronunció a favor del 21F, pero  en 2019 avaló la repostulación de Morales. No obstante, tras los comicios fallidos de octubre de ese año, una  auditoría de   ese organismo  detectó manipulación dolosa en actas y en el procesamiento de resultados.

Ese  análisis de integridad electoral marcó  el punto de no retorno en la relación de Almagro y Morales, la cual, no obstante, no estuvo exenta de impasses desde que el segundo asumió  en la OEA.

“Para nosotros no es grato la OEA para Bolivia, porque nos ha llevado a un golpe de Estado (…)”, aseguró Segundina Flores, ahora exejecutiva de las Bartolinas. “Pensaron que Almagro, por haberle puesto guirnalda y haber bailado con él en el Chapare, les iba a validar el tremendo fraude electoral”, manifestó, por su parte,  Carlos Alarcón, jefe de bancada de Comunidad Ciudadana (CC).

Almagro fue elegido secretario general de la OEA el 18 marzo de 2015. En la asamblea general  que se realizó en Washington,  el entonces vicecanciller  Juan Carlos Alurralde le expresó “plena confianza y el total apoyo” de Bolivia.

No obstante,  la relación entre el secretario general de la OEA y el gobierno de Morales se fue deteriorando conforme pasó el tiempo, en primera instancia por la postura que asumió Almagro en torno al caso Venezuela, y después por medidas  que tomó,  como el envío de un observador a una audiencia  cautelar de Samuel Doria Medina (noviembre de 2016) o el nombramiento del expresidente Jorge Tuto Quiroga como jefe de misión electoral de la OEA en Honduras (enero de 2017).

Un punto de fuerte  desencuentro ocurrió  el 22 de septiembre de 2017, cuando Almagro sostuvo que Morales debía respetar la “decisión popular que dijo no a la reelección”. Incluso solicitó un estudio a la Comisión de Venecia, que concluyó que la reelección  indefinida no es un derecho humano.

Sin embargo, contra todo pronóstico,  Almagro y Morales limaron asperezas, y en Nueva York, en septiembre de 2018,  el primero calificó de “adalid de la equidad social” al entonces presidente.

Ocho meses después,   Almagro pisó territorio nacional. Arribó el 17 de mayo de 2019 a la sede de Gobierno, donde desayunó con Morales, viajó en teleférico y  firmó un acuerdo para el envío de una misión electoral. De todo lo que hizo durante  su estadía, su declaración sobre la repostulación de Morales  fue lo que más polémica  generó.

“Sobre el tema específico de la reelección, hemos dicho con claridad que si el tema se va a resolver hoy en el sistema interamericano con el nombre de Evo Morales, eso sería decir que Evo Morales hoy no puede participar, eso sería absolutamente discriminatorio”, dijo.

Entonces,  la oposición  tildó  a  Almagro de bipolar,  traidor e  hipócrita. En el partido azul, en cambio,  indicaron que  con sus palabras  “legalizó” la candidatura de Morales;  y en el Chapare,   le pusieron una guirnalda de coca.

Con ese antecedente, sobrevino la elección del 20 de octubre de 2019. Aquella jornada, la misión enviada por la OEA dio la voz de alarma. En la noche,  alertó  sobre el corte del TREP, el sistema de difusión de resultados preliminares.

Aquello fue la mecha que encendió la pradera. Frente al descontento social, el 22 de octubre de 2019 se suscribió un documento trascendental para entender lo que vino  después.

Tras solicitar una auditoría a Almagro,  el Gobierno firmó un acuerdo en el que aceptó que “el resultado del informe de auditoría será vinculante para las dos partes” (Punto 6). Sin embargo, a diferencia del Ejecutivo, que  apostó al análisis de integridad, en filas de la oposición primó la desconfianza. “La auditoría acordada entre la OEA y el candidato del MAS, no ha consultado al país y ha sido pactada unilateralmente”, señaló entonces  CC.

El 10 de noviembre de 2019, Morales renunció el mismo día en que se conoció el  informe preliminar. En octubre de 2020, tras el triunfo de Luis Arce, desde  Argentina,  el expresidente dijo  que “ya es hora de sentar la mano” a Almagro.

“La OEA para Bolivia no es bienvenida, después de que ha venido como un infiltrado, ¿por qué?  Porque estuvo en 2019 bailando en el trópico de Cochabamba, junto a las hermanas dirigentes, junto al hermano Evo Morales. Después de poco tiempo ¿qué nos ha hecho la OEA?”, indicó  Flores.
Luis Almagro  en la OEA 

  • Cargo  Luis Almagro fue elegido secretario general de la Organización de Estados Americanos  el 18 marzo de 2015, en reemplazo del chileno  José Miguel Insulza.
  • Respaldo  En la asamblea general  que se realizó en Washington (Estados Unidos),  el entonces vicecanciller  Juan Carlos Alurralde le expresó “plena confianza y el total apoyo” de Bolivia.
  • Desencuentro      En  septiembre de 2017,   Almagro sostuvo que Morales debía respetar la “decisión popular que dijo no a reelección”. No obstante, en mayo de 2019 avaló la respostulación de Morales.
  •   Auditoría     A fines de 2019, la auditoría de la OEA -fruto del acuerdo entre el Gobierno  y Almagro- concluyó que en los comicios de octubre de 2019 hubo acciones dolosas.
  • Fuente: Página Siete