Familiar de detenido en Senkata: “Policías infiltrados dejaron mochilas con gases para incriminar a mi hijo”

Celia Mamani, como muchas otras personas se armó de valor para contar lo acontecido con su hijo Ismael Chino, el 11 de noviembre de 2019, cuando fue detenido, torturado y encarcelado bajo el régimen de Jeanine Áñez, por solo vivir en la zona de Senkata.

Entrevistada por el programa Somos Democracia, una alianza de medios estatales, Celia contó que su hijo fue a la universidad, pero al encontrarla cerrada decidió ir a la casa de su padre, sin imaginar que sería abordado por personas civiles y comenzaría a vivir un calvario de insultos, golpes y torturas.

“Lo agarraron y le preguntaron de dónde era y él dijo que de la zona de Senkata, y por eso lo agarraron, le tiraron al piso boca abajo y lo amarraron, para más tarde, en un camión de la Policía, ser trasladado al EPI 3. Ahí le han hecho callejón oscuro, lo desnudaron y le echaron agua, estuvo de rodillas toda la noche. Cuando lo fui a ver, estaba todo lleno de sangre y les habían dado una pastilla para que no sientan el dolor”, recordó con amargura.

Recordó que su hijo le comentó que dentro del grupo de detenidos en el que se encontraba había policías de civil infiltrados, quienes portaban en sus mochilas granadas de gas y petardos, con el fin de incriminarlos.

“Había uniformados civiles infiltrados, que cuando los pusieron en el grupo de detenidos decían: ‘nosotros somos 405’ y los dejaban libres, y dejaron sus mochilas con gases para incriminar a mi hijo”, relató.

Le gritaban que era un delincuente, terrorista, pero no tenían ni una sola prueba para sostener esa denuncia. Ante esta situación, Celia mostró la documentación recabada en la misma Policía, la cual demuestra que el joven no tiene ningún antecedente. 

“Todo fue muy triste y dejó traumas para mi hijo, no hubo médicos ni psicólogos que lo ayuden. Cuando lo recuerda llora y yo lloro con él”, finalizó.

LMC / Agencia Boliviana de Información