El lote fue entregado al centro de salud Los Almendros el miércoles y un día después se dieron cuenta que había desaparecido. Autoridades de salud informaron que las vacunas serán entregadas al Ministerio de Salud.

El coordinador de la Red de Salud 08 de Guayaramerín (Beni), Maicol Borches, informó que tras la recuperación de las 500 vacunas contra el Covid-19, que habían desparecido del centro de salud Los Almendros, se decidió no utilizarlas para inmunizar a la población porque se desconoce si se mantuvo la cadena de frío.
“Lo que no sabemos es que si (las vacunas) fueron tratadas adecuadamente y por eso no las utilizaremos. La daremos a disposición del Ministerio de Salud y Deportes, pero hasta ahora no hemos recibido ninguna instrucción”, dijo Borches en contacto telefónico con EL DEBER.
Las 500 dosis fueron entregadas al centro Los Almendros el miércoles y el jueves el personal de salud se percató de que habían desaparecido. Las vacunas estaban custodiadas por una enfermera, que es la encargada del PAI (Programa Ampliado de Inmunización).
Tras conocer de este hecho, Borges presentó una denuncia ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y se inició una investigación junto al Ministerio Público. Sin embargo, ayer por la noche las vacunas fueron dejadas afuera del centro de salud por dos encapuchados que se dieron a la fuga.
La caja que contenía el lote de vacunas estaba sellada por lo que los agentes de la Felcc junto el fiscal asignado al caso y el coordinador de la Red de Salud 08 de Guayaramerín realizaron el conteo y verificación que se encontraban las 500 dosis perdidas.
“Están las 500 dosis que desparecieron, es decir no falta ni una, pero no sabemos si mantuvieron la cadena de frío y eso es lo que nos preocupa”, comentó Borches.
Esas vacunas estaban destinadas para inmunizar a las personas mayores de 60 años y con enfermedades de base de la zona fronteriza con Brasil. Sin embargo, la vacunación continúa en Guayaramerín, en siete centros de salud, donde también recibieron de a 500 dosis.
Fuente: El Deber