En el mundo actual buscamos remedios rápidos a todo lo que nos pasa y ante el más mínimo contratiempo, tiramos de pastilla. Tanto es así que parece que hay un suplemento para todo. Puedes tomar una pastilla para mejorar tu función cognitiva, otra para bajar la presión arterial y otra para ayudarte a dormir. Sin embargo, antes de dar por hecho el beneficio de los suplementos debes valorar los posibles contratiempos.
En el mundo actual buscamos remedios rápidos a todo lo que nos pasa y ante el más mínimo contratiempo, tiramos de pastilla. Tanto es así que parece que hay un suplemento para todo. Puedes tomar una pastilla para mejorar tu función cognitiva, otra para bajar la presión arterial y otra para ayudarte a dormir. Sin embargo, antes de dar por hecho el beneficio de los suplementos debes valorar los posibles contratiempos.
Por ejemplo, muchas personas toman aceite de pescado para proteger su corazón, pero un nuevo estudio publicado en la revista Circulation de la Asociación Estadounidense del Corazón sugiere que los suplementos de Omega 3 pueden aumentar el riesgo de un trastorno común del ritmo cardíaco.
Ante la popularidad creciente que ha ido adquiriendo el aceite de pescado -considerado durante años un superalimento-y el consiguiente boom delos suplementos de grasas Omega 3 (de venta libre) debido a la creencia común de que protegerá contra las cardiopatías, los investigadores realizaron un metanálisis completo de ensayos controlados aleatorios para responder a la pregunta de si los aceites de pescado estaban relacionados de manera consistente con un riesgo elevado de fibrilación auricular (FA).
Un total de 50.277 pacientes recibieron aceites de pescado o placebo y fueron seguidos entre 2 y 7,4 años. La dosis de aceites de pescado varió de 0,84 g a 4 g por día. Los investigadores encontraron que la suplementación con ácidos grasos omega-3 se asoció con un riesgo significativamente mayor de fibrilación auricular en comparación con el placebo con una tasa de incidencia de 1,37 (intervalo de confianza del 95%: 1,22-1,54; p <0,001).
El estudio sugiere que los suplementos de aceite de pescado están asociados con un riesgo significativamente mayor de fibrilación auricular en pacientes con riesgo cardiovascular elevado. Dicho de otra forma, este estudio se suma a una gran cantidad de pruebas desalentadoras sobre los efectos protectores de los ácidos grasos omega 3 para el corazón.
¿La conclusión? Quela ingesta de ácidos grasos omega-3 marinos (aceite de pescado) podría tener efectos secuendarios graves al aumentar el riesgo de fibrilación auricular, latidos cardíacos irregulares y/o rápidos, sobre todo si te excedes en la dosis o tienes lípidos altos en sangre.
En personas sanas tomar dosis altas de omega 3 puede provocar síntomas tan comunes como el mal aliento, indigestión, náuseas, diarrea o flatulencias. Pero hay personas que no saben si tienen problemas de corazón y pueden tomar pildoras de aceite de pescado pensando que les beneficia cuando es justo lo contrario. De hecho, pueden llevarse un buen susto ya que un consumo excesivo de suplementos de omega 3 aumenta el riesgo de desarrollar fibrilación auricular, tal y como sugiere este estudio,.
La fibrilación auricular se produce cuando la aurícula, que es donde está el centro de control del ritmo cardiaco, deja de funcionar correctamente. La arritmia hace que aumente el número de pulsaciones (dando lugar a palpitaciones) y que se tenga una sensación rara en el centro del pecho, mayor cansancio o ligeros mareos, pero hasta un 20 por ciento de los afectados pueden ser asintomáticos.
«Con la fibrilación auricular la sangre no circula por la aurícula, que queda sin movimiento y existe riesgo de formar coágulos, que es el mayor problema, puesto que hay riesgo de ictus y embolismo», explica el doctor Juan Cosín, del Hospital Arnau de Vilanova (Valencia) y presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología.
El peligro es real porque muchas personas se toman este tipo de píldoras sin haber acudido al médico (están disponibles sin necesidad de receta) porque se ha puesto de moda o porque se lo ha recomendado un familiar o un amigo al que se lo dijo su médico.
Sin embargo, los suplementos no se deben tomar a la ligera porque cada organismo es diferente y no sabes cómo puede reaccionar. Como cualquier otro suplemento, las píldoras de aceite de pescado solo deben tomarse cuando tu médico te diga que lo necesitas, y bajo supervisión.
Si bien es cierto que existen efectos cardiovasculares beneficiosos de la suplementación con Omega-3, «se debe tener en cuenta el riesgo de fibrilación auricular cuando se compran sin receta, especialmente en personas susceptibles de desarrollar el trastorno del ritmo cardíaco», señala el doctor Salvatore Carbone, de la Virginia Commonwealth University (EE. UU).
No obstante, los hallazgos contradictorios sobre los beneficios de los omega-3, junto con el riesgo potencial de fibrilación auricular, resaltan la necesidad de más estudios, añaden los investigadores.
La EFSA, autoridad europea de seguridad alimentaria, recomienda la ingesta diaria de 250 mg de ácidos grasos omega-3 de cadena larga (EPA+DHA) para mantener una buena salud cardiovascular. Pero los especialistas se decantan siempre por ingerirlos a través de los alimentos y en el contexto de una dieta saludable y equilibrada.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) considera que un consumo razonable de pescado puede estar entre 3 o 4 raciones a la semana, evitando aquellos con altas dosis de mercurio.
El salmón, la trucha, el atún blanco y el arenque, son las mejores fuentes de omega-3. Este tipo de ácidos grasos se encuentra, de forma natural, en el pescado azul (insisto: atún, salmón, caballa, sardina, arenque…), en el marisco (mejillones, ostras o gambas, por ejemplo) en aceites vegetales como el de linaza, el de canola (colza), el de oliva, el de soja o el de sésamo, en las semillas de las que se extraen estos mismos aceites, en frutos secos como las nueces o las almendras y en verduras de hoja verde oscuro (espinacas, algunos tipos de lechuga, pepino…).
Sin embargo, sí se aconseja tomar comprimidos en los que casos que existan determinadas carencias, patologías, alergias o trastornos de salud que obstaculicen la ingesta de estos alimentos.