Abraham Peters Dick estaba suelto desde 2018 gracias a un informe psicológico que fue aceptado por un juez pese a que su condena era sin derecho a indulto.
El Juez primero de ejecución penal, Manuel Baptista; el abogado Juan Carlos Suñagua y el director del Hospital de drogodependientes, Alfredo Negrete Ríos enfrentan una audiencia de medidas cautelares por la liberación de Abraham Peters Dick, el menonita condenado a 25 años de cárcel por haber violado a 150 mujeres en la colonia Manitoba.
Las tres personas fueron detenidas el fin de semana tras la recaptura del violador que había conseguido el beneficio judicial en 2018 y desde entonces gozaba de libertad. Fue recapturado el pasado viernes en Santa Cruz.
Se conoce que el abogado del condenado, Juan Carlos Suñagua, tramitó la libertad usando un certificado psicológico firmado por Negrete Ríos. El documento fue aceptado por el juez Baptista sin considerar que Peters Dick no podía gozar de ningún tipo de beneficio judicial.
Peters fue condenado en 2011, pero llevaba preso de forma preventiva desde 2009. Al momento de su liberación no había cumplido ni 10 años de su sentencia, que finaliza en 2034.
El fin de semana Peters Dick regresó a la cárcel de Palmasola, donde se encuentran los otros sentenciados por el caso de los violadores de Manitoba.
Abram Peters Dick era uno de los condenados por la violación entre 2008 y 2009 de 150 mujeres en una comunidad menonita ubicada en el poblado ‘Pozo del Tigre’ en el departamento de Santa Cruz.
Los hombres, con edades de 18 a 41 años, aprovechaban la oscuridad de la noche para aproximarse a las viviendas de comunarios y echar un aerosol narcotizante por las ventanas y puertas, durmiendo así a todos los ocupantes, y posteriormente violaban a las mujeres en estado de inconsciencia.
Los sentenciados a 25 años fueron Jacob Neudorf Enns, Jacob Wall Wall, Franz Dyck Wall, David Guenter Banman, Abraham Peters Dick, Jacob Wiebe Knelssen y Johan Boldt Ham. El octavo menonita, Peter Wiebe Wall, recibió una condena de 12 años y medio de cárcel, por complicidad al haberse evidenciado que fue el encargado de proporcionar los somníferos para dopar a las víctimas.