La organización que sustenta al partido gobernante emergió en medio de la resistencia contra política antidroga de EEUU

El movimiento cocalero del trópico de Cochabamba aún es hegemónico y no mostró disidencias, salvo la histórica separación del líder minero Filemón Escobar que se produjo durante el primer mandato de Evo Morales (2006-2010).
¿Qué ha cambiado desde entonces? El sociólogo Franco Gamboa, autor del texto «Cocaleros en el Gobierno» publicado en 2011 por la Universidad de Yale, en Estados Unidos, señaló, —durante una conversación con EL DEBER— que el movimiento que respalda a Evo Morales y al Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) pasó, en estos últimos 15 años, de ser parte de una resistencia contra una política regional antidroga a ser parte de un sector agro empresarial, que con el tiempo ha sabido beneficiarse de la política de la coca.
El trópico de Cochabamba, formado por seis municipios, ha recibido una sostenida inversión pública en los últimos cinco años, pero al mismo tiempo los cocaleros emprendieron otros negocios, según precisa el investigador.
Cuando estalló el escándalo de los 34 vuelos ilegales despachados y recibidos, sin condiciones de seguridad del aeropuerto de Chimoré, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, reclamó a los periodistas por estigmatizar a los productores a merced de una supuesta vinculación con el narcotráfico. Fue entonces que reveló que entre sus actividades privadas está la producción de frutas.
El abogado y consultor en asuntos políticos Paúl Coca, señaló que el trópico cochabambino ha sido privilegiado en lo político, pero también en obras de desarrollo.
En la era del presidente Arce, el movimiento cocalero de Chapare ha mantenido su presencia en el Viceministerio de Defensa Social, pero mantiene una «proceso de acumulación originaria» en el ámbito municipal, con un control de las comunas de esa región.
De hecho en esa zona del país no existen disidencias como pasa en Yungas que tiene el mayor cupo para la producción legal de coca y donde dos grupos, uno afín al MAS y otro opositor, pugnan.
De acuerdo con datos preliminares de la Oficina de Naciones Unidas para la Lucha Contra las Drogas y el Crimen Organizado (Unodc), en 2020 se produjeron más de 32.000 hectáreas, cuando el límite legal es de 22.000.
Fuente: El Deber