«Los Amantes» y «Padre Coco», casos de violación que destapó El Confesionario

La supuesta red dopaba a sus víctimas, algunas menores de edad, y las extorsionaba tras abusar de ellas, según testimonios. El presunto cabecilla tenía antecedentes y al menos un proceso desde 2018.

Una supuesta red de violadores en La Paz y un sacerdote acosador en Tarija son casos que se revelaron a través de la página de Facebook “El Confesionario de la Cato”. En el primero, los agresores se autodenominaban “Los amantes” y organizaban fiestas en las que dopaban a sus víctimas, para abusar de ellas. En el segundo, el acusado es un cura docente que tenía denuncias previas.

“Confesión #71: Estuve viendo confesiones acerca de los centros y me vino un mal recuerdo de una fiesta de un frente estudiantil por el 2017, era mi primer año en la U. Con tal de conocer a más amigos, fui a las dos fiestas de GLAD y NOVA,  pero me trae una sensación de miedo, depresión, ganas de vomitar  al recordar ese momento donde sufrí una agresión sexual en la fiesta…”, así comienza la publicación que dio pie a que varias mujeres denunciaran abusos.

El Confesionario nació el 18 de enero del 2021. Las primeras interacciones eran de  usuarios que expresaban dudas o compartían información sobre temas universitarios. No era la única página de este tipo, pero lo que caracterizaba a ésta  era   la imitación a una confesión católica.

 “Era con un toque religioso. Cada vez que mandábamos su mensaje les decíamos el número y  después decíamos: la confesión    nos hará libres. Puedes ir en paz”, cuenta el administrador de El Confesionario, en entrevista telefónica con Página Siete.

La confesión #71 continúa: “Uno de los que organizaba se me acercó, me empezó a hablar y yo por ser parte de la fiesta acepté su trago. Todo estaba bien hasta que me empezó a dar sueño. Quería sentarme y ese organizador me acompañó a un rincón. Me dormí y cuando estaba despertando este gordo asqueroso me estaba tocando mis pechos y mis partes íntimas, besándome a la fuerza. Quise reaccionar pero seguía como sedada y me decía: sólo déjate llevar, bien que te gusta, más tarde estarás gritando en mi casa”.

Cuando los administradores de la página -dos de ellos  estudiantes- recibieron esta “confesión” enfrentaron un dilema sobre publicarla o no.  Realizaron preguntas para verificar si era  real y decidieron mostrarla. A  la #71 le siguieron más denuncias  y todas apuntaban a C.A., supuesto líder de la red que fue detenido. Las diez siguientes confesiones   revelaron cómo operaba su grupo  “Los Amantes”.

“Actuaban en las grandes fiestas de la zona Sur o fiestas privadas que ellos organizaban, sólo con ese fin (violaciones). Luego de que generaban un cierto grado de confianza, invitaban bebidas alcohólicas, pero estaban agregadas con sedantes o somnífero. Una  vez que la víctima ya no estaba consciente, dejaban el  lugar y se la llevaban a otro más discreto. Cometían el abuso sexual”, relata el administrador.

Para evitar que los denunciaran,   tomaban fotografías y videos. Los usaban para chantajear a las chicas que, por miedo, no presentaban denuncias.

Sí hubo un caso que denunció a C.A. en 2018, pero terminó sin sentencia. El abogado de la víctima, Boris Gutiérrez, contó a Página Siete: “C.A. ha dopado a mi cliente, que por cierto tenía 17 años, era menor de edad,  y ha procedido a llevarla a su casa. Esto sucedió en el barrio de Cuarto Centenario”, señala.

 La joven despertó un domingo a las siete de la mañana. Reaccionó por las reiteradas llamadas de su familia. Entonces,  salió corriendo hacia su hogar. Con apoyo de su madre y  su abogado se presentó la denuncia.

“Se denunció el acto ante un médico forense. Se tomó muestras de sangre y se demostró que había una sustancia extraña en su sangre, psicotrópicos”, dice el abogado Gutiérrez.

La investigación siguió con el reconocimiento del lugar. El acusado  C. A.  reconoció que estuvo allí  en estado de ebriedad. El jurista lo desmiente, pues el implicado sí recordaba las circunstancias .

 “El doctor Alan Zárate, que en ese entonces era juez del Juzgado Primero de Violencia contra la Mujer, lo benefició con medidas sustitutivas, detención domiciliaria. Y después de cinco meses lo benefició con salidas laborales. Entonces ha habido cierto apego con C.A.  Lo mismo de la fiscal Usnayo que estaba a cargo, le ha dado una salida alternativa y ha sido sobreseído”, reprocha el abogado.

Señala que C.A. y sus amigos “aprovechando que estaban en la universidad hacían convocatorias a menores de edad”.

 En colegios, chicas de la promoción, prepromoción recibían la publicidad y asistían. “En ese momento eran menores, pero hoy hay un poco de temor, porque ya han hecho sus familias, o ni siquiera sus padres se han enterado de que han sido víctimas de abusos. Es un daño psicológico que se ha hecho”, agrega.

Por miedo o por desconfianza del sistema judicial, las víctimas no denunciaron estos abusos. “Una madre  que contó que en su caso  ha habido retardación de la justicia, nos ha solicitado que la ayudemos”, cuenta el administrador de El Confesionario, quien revela que el nuevo objetivo de la página es hacer justicia.

El abogado señala que tal vez la única razón por la que C.A. no extorsionó a su cliente  es porque ella sí lo denunció.

Pasos para  el abuso

  • Eventos   Los lugares ya están establecidos, locales de la zona Sur o fiestas privadas. Los promocionaban por Facebook e Instagram e indicaban que debían contactarte con un relacionador, debían traer seis personas.
  •  Menores  En estas fiestas, en la puerta, permitían ingresar a menores de edad sin carnet, pues los organizadores del evento también eran parte de “Los Amantes”.
  • Sedantes  Invitaban las bebidas con somníferos y sedantes.  Se sabe que, por ejemplo, daban tragos de cortesía a chicas del interior del país porque a uno de los miembros del grupo le gustaban. Las dopaban. Inconscientes les tomaban fotos, que compartían en su grupo  y luego las chantajeaban.

Sólo en El Confesionario se atrevieron a enfrentar al Padre Coco

El 5 de marzo, la confesión 117 revela un caso de acoso en Tarija. Se trata de un sacerdote conocido como  el “Padre Coco”, docente de la Universidad Católica de Tarija. Tras varias denuncias que lo acusaban, la diócesis determinó suspender al religioso.

“El caso de Tarija es interesante porque el primero que nos ha salido es de una mujer ya de 36 años que cuando ha pasado este tipo de acoso  tenía 21. El agresor no  fue un alumno, sino un sacerdote. La citó a su iglesia, que es por la Tablada; ahí le cerró la puerta, trató de besarla a la fuerza. Ella ha tenido que salir y llamar a su esposo. Ha sido un caso muy traumático”, cuenta un administrador de El Confesionario.

Al igual que en La Paz, a este caso le  siguieron otros. Todos señalaban al  Padre Coco. También tenían las mismas características: el  acoso.

“Soy mamá, en ese entonces mi hijita tenía dos años y un poquito más. Él lo sabía, cuando lo busqué por el ‘material’ que me tenía que entregar, cerró la puerta del cuarto y de manera forzada intentó tocarme y besarme. Me asusté muchísimo, sólo quería que abra la puerta. Atiné a llamar al papá de mi hija, pedir que me soltara. Salí de allí forcejeando con él, asustada. Nunca lo hablé en la universidad. Sólo quería que su materia terminara para no verlo nunca más”, revela la confesión #117, desde Tarija

En ella se enfatiza que contar ese tipo de experiencias no es fácil. Por ese motivo, los administradores de El Confesionario vieron necesario ayudar a las víctimas a conseguir ayuda legal.

“Lo que nos llama la atención es que cuando hay casos de acoso o violación, no es pues una sola persona que denuncia  (…) En el caso del padre de Tarija, nos vinieron más denuncias. Él  era una persona muy influyente en la universidad, en la regional ”, enfatiza el administrador.

Las confesiones que siguen a la #117 revelan que aparentemente  el religioso acusado acosaba a mujeres desde hace años “Sé de quién estás hablando y creo que es hora de hablar (…) Cuando tenía 12,  el sacerdote de mi colegio trató de abusar de mí, pero gracias a Dios pude gritar”, relata en una confesión de la página.

 Esa niña presentó un reclamo en su colegio y el acosador fue  echado de la institución. Sin embargo, años más tarde se lo volvió a encontrar, esta vez como docente universitario.

 “Me quedé fría porque después de cinco  años estaba volviendo a ver a ese tipo asqueroso y resulta que daba clases precisamente de cristianismo en la universidad (…) Fue un momento duro y de mucha impotencia porque tenía ganas de enfrentarlo y preguntarle si se acordaba de mí y de lo que me hizo… pero no pude. Sólo espero que algún día reciba lo que merece. Le decían padre Coco”, se relata en  la confesión #136.

 Respuesta de la UCB e Iglesia

“Nuestra respuesta como institución educativa es, en primer lugar, ofrecer nuestra solidaridad y apoyo a los miembros de nuestra comunidad universitaria que tienen el valor de denunciar este tipo de abusos, los cuales repudiamos de forma categórica. Rechazamos todo acto que vulnere los derechos de las personas, condenamos toda violencia contra la mujer”, expresó  el responsable del área jurídica, Marcelo Pacheco.

Además, pusieron a disposición los números de telefono  77872666 o 77793343. para más denuncias de víctimas.

El 10 de marzo, la Diócesis de Tarija expresó su “profundo pesar” y  se comprometió a esclarecer lo sucedido.

“Conforme señala el procedimiento canónico, se ha iniciado una investigación profunda para establecer responsabilidades y la autoría de los hechos denunciados, con la finalidad de sancionar los mismos y tomar acciones para que situaciones como éstas no se repitan”, dice el comunicado de la Diócesis de Tarija, leído en conferencia de prensa por un sacerdote.

 Como parte de esta investigación se están tomando medidas preventivas como “la suspensión temporal del clérigo denunciado, de las funciones pastorales y educativas que éste estaba desempeñando por el tiempo que dure la investigación y/o hasta que se tomen las determinaciones correspondientes”.

Ese procedimiento no reemplaza el procedimiento penal ordinario. Instan a  las personas afectadas a colaborar, denunciar y esclarecer lo sucedido.

UCB apoya,  pero no es denunciante

La Universidad Católica Boliviana  San Pablo  (La Paz)  ha creado un equipo de apoyo legal, psicológico y espiritual para atender el caso de “Los Amantes”  y otros similares. Sin embargo, no será denunciante en el proceso legal.

 “Se trata de un equipo colaborativo y multidisciplinario, el cual tengo la responsabilidad de presidir, que en una semana de existencia ha atendido ya a 21 personas que pidieron apoyo a través de la línea habilitada para el efecto. Identificamos que 12 de ellas precisaban asesoramiento legal y ya están siendo acompañadas por nuestra Clínica Jurídica con profesionales especializados en violencia contra la mujer”, dice la respuesta escrita  de  la decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la UCB, Ximena Peres.

  Página Siete se contactó con la Universidad Católica, porque abogados alertaron que es posible que C. A. salga libre. “Siendo fríos, hay un tipo que está aprehendido por comentarios de Facebook”, señaló un abogado. Lo que hace falta para continuar el proceso es un denunciante formal. La UCB no lo será.

“No le corresponde ser denunciante ni presentarse como testigo de hechos que sucedieron en otros espacios y fuera de la jurisdicción académica. Sin embargo, nuestro claro compromiso con nuestras estudiantes y exestudiantes es apoyarlas y acompañarlas con orientación”, explica la decana Peres.

El administrador de El Confesionario señala que la universidad tiene algo de responsabilidad por omisión, pues recién tras las denuncias creó ese equipo.

Fuente: pagina siete