Según la progenitora, la niña violada “no contó lo ocurrido por temor a desintegrar su familia”, además niega que estuvo de acuerdo con la interrupción del embarazo.
La madre de la niña de 11 años violada y embarazada por su abuelastro en Yapacaní, negó este lunes que haya querido interrumpir la gestación y dijo que quiere que su hija dé a luz, por lo cual decidirá cuando nazca el bebé “si lo cría o lo da en adopción”.
“En ningún momento estuve yo de acuerdo (con la interrupción del embarazo). Quiero que nazca, ya veré en el momento si lo criamos o lo damos en adopción, porque hay muchas familias que quieren un bebé en adopción”, aseguró en la Red Unitel.
El caso de la menor consternó al país. Se informó que hubo un acuerdo entre autoridades judiciales y médicos para aplicar la interrupción legal del embarazo, pero que la familia de la menor cambió de parecer tras ser visitada por representantes de la Iglesia Católica, cuando se encontraban en el hospital Percy Boland de Santa Cruz.
El Gobierno, la Defensoría del Pueblo y activistas criticaron la labor de la Iglesia, que ofreció a la niña y su madre inclusive atención posparto. La defensora Nadia Cruz anunció procesos contra las instituciones y personas involucradas en el caso.
Aunque no revelaron su nombre, la progenitora de la menor dijo que no realizó la denuncia de violación porque la niña “no contó” lo ocurrido por temor a desintegrar su familia y, además, porque en su casa “no se dieron cuenta”.
“Ella (la víctima) decía que tenía mucho miedo de decirnos, por motivo de que no quería desintegrar su familia, ella tenía mucha pena por su hermanita menor, que no quería que se quedara sin padre” contó la mujer.
Agregó que la menor no se dio cuenta del embarazo hasta que “sintió que el bebé se movía dentro de ella” y lo comunicó a su prima. Según la progenitora, la niña “quiere que ese bebé nazca vivo, pero como dicen los análisis psicológicos, ella no quiere criarlo”.
Subrayó que no puede ver a su hija en el hogar de acogida en el que se encuentra, por disposiciones de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Santa Cruz. “Desde que la llevaron no me permiten verla y no me dijeron el porqué, me dijeron que va a estar bien atendida ahí y que no puedo visitarla hasta un aviso que me diera la Defensoría”.