Analistas señalan que el vicepresidente tiene un perfil casi ausente, en el que su respuesta a los hechos actuales es el silencio y el acatar la narrativa dictada por Evo Morales desde su partido.

Un conciliador que se quedó en los discursos. De esa forma describen los analistas al vicepresidente David Choquehuanca, referente de los sectores indígenas campesinos del altiplano en el MAS. Afirman que con un perfil muy bajo y hasta ausente, responde a los últimos acontecimientos con el silencio o el consentimiento a la incidencia de Evo Morales en el país, en el partido y en el mismo Gobierno.
Choquehuanca es intangible, no está. Al no hablar de los hechos actuales y socapar la actitud represiva en que ha incurrido el Gobierno, claramente a instancia de Evo Morales, es solo un vacío en los temas centrales e importantes. Hay un costo elevadísimo tanto para el tecnócrata que ejerce la presidencia como para él mismo que se esforzó por proyectar la imagen de un bondadoso, comprensivo y sabio chamán. Y no hay nada de eso, solo fue un discurso, manifestó el analista Róger Cortez.
Para Diego Ayo, esta situación se debe a la presencia absolutamente inobjetable de Evo Morales en el escenario político. Si el líder dice, los soldados acatan. Aún suponiendo que las intenciones conciliadoras de Choquehuanca hubieran sido reales, no cuenta con las condiciones para cambiar las cosas.
El analista Paúl Coca indica que si hay algo que los bolivianos saben es que una cosa es el discurso de las autoridades durante la campaña electoral y cuando juran en el cargo, y otra muy distinta sus acciones cuando ya están en funciones.
Cuando las autoridades toman el cargo formal la época de los discursos ya no vienen al caso porque la gente espera acción y resultados, sostuvo.
El cóndor y la conciliación
El 8 de noviembre de 2020, David Choquehuanca juró como vicepresidente del Estado, con un discurso de reconciliación, unificación y equilibrio entre los diferentes sectores del país. Sus palabras fueron muy bien recibidas y dieron la esperanza de un gobierno renovado dispuesto a enmendar los errores de las gestiones pasadas.
La referencia al que el cóndor que no puede volar sin ala izquierda y derecha nos llevó a muchas interpretaciones de un equilibrio y unión entre campo- ciudad, empresarios y trabajadores, etc. Pero otra cosa muy diferente es cuando ya se está en función, dijo Coca.
Hasta la aprehensión de Jeanine Añez, Choquehuanca no había hecho referencia a un golpe de Estado. Sin embargo, después de la ola de respuestas nacionales e internacionales justificó las acciones del gobierno con la búsqueda de justicia.
No es el odio el que impulsa nuestros actos, sino una pasión por la justicia de la que hemos dado cuenta a lo largo de nuestra vida, escribió en su cuenta de Twitter. Esta fue una de las pocas ocasiones en las que se refirió a la coyuntura actual.
Cortez indica que desde el punto de vista de las formulaciones que la autoridad hizo, lo que dijo y predicó, además de la manera en la que consiguió el respaldo para las elecciones, dejó la impresión de que se esforzaría en distinguirse de sus predecesores, en especial del anterior vicepresidente, Álvaro García Linera. Afirma que se esperaba que no repetiría las prácticas del gobierno de Evo Morales.
Pero todo el discurso del equilibrio, la conciliación y lo dañino del antropocentrismo, que viene de hace varios años, se quedó en la nada. No solo por el silencio, sino por las prácticas del gobierno que él socapa.
Bajó la orden de Evo
Para Ayo, la falta de acción de Choquehuanca y ese acercamiento al discurso del golpe de Estado se debe a que Evo Morales controla todo el libreto.
Si él habla, todos los demás actúan como títeres. No solo le pasó a Choquehuanca, le pasó a Iván Lima, que comenzó queriendo hacer una reforma judicial. Pero esta persona con todas las condiciones para hacerlo es quien hoy promueve los juicios de forma abusiva y autoritaria, sostuvo el analista.
Dijo que en este ciclo no es posible saber si las palabras de Choquehuanca eran reales o no. Personalmente, cree que más allá de sus buenas intenciones del vicepresidente hay una estructura institucional al que todos los soldados del proceso de cambio acatan.
Es como un partido de fútbol, donde todos en el equipo son defensores y solo uno es delantero y puede meter los goles. Los demás solo obedecen la líder máximo. Aún si fuera sincero, no creemos que Choquehuanca cambie esta historia, por más buena intención que tenga. No tiene el apoyo , la gente y las condiciones objetivas, acotó.
La socióloga María Teresa Zegada recordó que durante el gobierno de Evo Morales, Choquehuanca era muy atacado por un ala del MAS. Incluso fue Álvaro García Linera que muchas veces criticó su cosmovisión del mundo y su visión aymara.
En laguna ocasión lo tildó de pachamamista con cierta distancia. Sabemos que había un alejamiento entre ellos. Y es una situación que se arrastra entre el grupo de Evo Morales y el que apostaba por Choquehuanca para que le dé una visión distinta al MAS, algo que no ocurre.
Un vicepresidente ausente
En este instante el vicepresidente puede ser considerado un hombre invisible, irrelevante y esencialmente incapaz de congruencia alguna, sostiene el analista Cortez.
Coca explica que el cargo vicepresidencial no tiene la misma magnitud y peso que el cargo del Presidente. Este último es quien tiene el mayor peso en la opinión pública y las actividades de la función pública.
Hasta el momento no se lo ha visto muy mediático, no de una forma que la ciudadanía lo perciba, indicó.
Acotó que otro punto, no menos importante, es que el vicepresidente no va a ir en contra de su propio Presidente. Puede ser que tenga un cierto discurso, pero su acción es distinta.
En este momento el rol del vicepresidente es bastante pasivo a diferencia de su antecesor, Álvaro García Linera, que era bastante activo en temas de prensa, en reuniones sociales, actividades, capacitaciones académicas e inclusive -hay que decirlo- a nivel de producción literaria. En la época de García Linera, a través de la vicepresidencia, la producción era bastante elevada, amplia e interesante, afirmó Coca.
Reiteró que el vicepresidente mantiene un perfil bajo, que si no fuera porque el Luis Arce viajó México y le transmitió el mando, el segundo hombre del país no hubiera ocupado los titulares de los medios.
Hay que decirlo, en algún momento esa pasividad va a tener que terminar, porque la gente -sin importar su color político- llegará a un punto en el que comenzará a pedir acciones y resultados, y la situación no es de las mejores. Quisiéramos saber cuál va a ser el rol de Choquehuanca en ese momento y con todos esos actores que por el momento están teniendo paciencia, finalizó Coca.
David Choquehuanca
Larama David Choquehuanca nació el 7 de mayo de 1961 en Cota Cota Bajo, del municipio de Huarina, en La Paz. Vivió parte de su infancia a orillas del lago.
Dirigente Empezó como dirigente estudiantil y con el tiempo empezó a apoyar a las organizaciones del movimiento campesino, especialmente a la Confederación Sindical Única de Campesinos de Bolivia (Csutcb). En 1984, en un congreso sindical llevado a cabo por jóvenes campesinos conoció a Evo Morales, que ya era dirigente cocalero del trópico.
Cuba En 1985 accedió a una beca para estudiar en la Escuela Nacional de Formación de Cuadros Niceto Pérez, de Cuba. Ese mismo año conocería también en persona a Fidel Castro.
2006 Fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores por el primer gobierno de Evo Morales. En su gestión se fomentó la filosofía indígena. Junto Luis Arce Catacora fue uno de los ministros que más tiempo permanecieron en el gabinete del presidente cocalero. Fue sustituido en enero de 2017 por Fernando Huanacuni, el exjefe de protocolo de la Cancillería boliviana.
2017 El 5 de marzo fue designado como secretario general de la ALBA durante la XIV Cumbre Extraordinaria de la organización realizada en Caracas. El puesto había sido ocupado desde 2013 por el diplomático venezolano Bernardo Álvarez. Los opositores afirmaron que fue enviado al exilio porque se perfilaba para ser candidato en lugar de Morales en las elecciones de 2019.
2020 El 8 de noviembre juró como vicepresidente del Bolivia. Lo hizo con un discurso de unidad y pacificación.
Punto de vista

Representaba algo diferente
Realmente parece haber una contradicción entre el discurso inicial de David Choquehuanca y sus acciones ya como autoridad y parte del Gobierno. Aunque sigue insistiendo con su discurso conciliatorio.
En varias ocasiones repite que debe haber una armonía entre bolivianos. Hace poco dijo que la democracia suele ser de mayorías y minorías, y que él creía en la wiphala que es como la democracia de todos y de lo diverso.
De rato en rato, eventualmente, mantiene un mensaje de unidad y conciliación. Sin embargo, en las acciones que el respalda desde el Gobierno no hay esa actitud.
Esta es más bien una actitud que divide al país y que separa, que juzga y que hace persecución política. Hay una contradicción evidente en su posición.
No hay que olvidar que Choquehuaca en su momento representaba algo muy diferente al clásico y tradicional MAS que, dirigido por Evo Morales, le había hecho daño al país. Una fracción que fue muy cuestionada.
En su momento, en un discurso (Felipe Quispe) el Mallku dijo que iban a apoyar al MAS porque Choquehuanca estaba ahí. Las bases de los sectores campesinos e indígenas del altiplano apoyaron al MAS porque confiaban en él y en que iba a ser la diferencia con las bases sociales, y que no iba a repetir la política del grupo de Evo Morales.
El hecho de que él esté ahí y que hasta el momento no haya generado ninguna acción desde el Estado que dé razón a la posición que tenía, muestra que ha dejado atrás -en los hechos- su intención inicial.
Es algo lamentable porque la apuesta de muchos sectores para las elecciones fue por Choquehuanca, porque veían que desde él podía haber una renovación, un nuevo MAS.
Sin embargo, vemos o un silencio o una actitud afín a la que tiene Luis Arce y a la forma política en la que Morales influye desde su partido.
Fuente: pagina siete