Fotograma de “Utama”, ficción de Alejandro Loayza que se estrena este mes en EEUU. ALMA FILMS
Desde Adecine se había anunciado la implementación de la normativa para este año en el que se esperan grandes cintas como “Utama” o “El Gran Movimiento”.
Una decena de producciones bolivianas que ya están terminadas — algunas, incluso ya estrenada en festivales de otros países o con un estreno limitado en territorio nacional — esperan llegar a salas locales este 2022, año en el que se ha anunciado la tan esperada reglamentación de la Ley del Cine y Audiovisuales Bolivianos, después de dos años de su promulgación.
Al menos así lo aseguró el director de la Agencia del Desarrollo del Cine y Audiovisual Bolivianos (Adecine), German Monje, en una entrevista con este medio. “Para no crear falsas expectativas, la ley debería estar implementada hasta los primeros meses de 2022”, sostenía.
La normativa se encuentra siendo observada por cineastas. Su principal contribución para una industria cinematográfica nacional vendría del cobro de la llamada cuota de pantalla, un porcentaje de los ingresos que perciben las salas por cualquier taquilla, creando un “fondo propio y autosustentable”.
“No solo se trata de acceder a un fondo, de cofinanciar una película, sino también de poder acceder a mercados, de insertarnos en los diferentes circuitos. No estamos descubriendo la pólvora (con la cuota de pantalla), así funciona la industria cinematográfica en Argentina, Chile, Uruguay y Colombia”, explicaba Monje.
ESTRENOS NACIONALES PARA 2022 Mientras el sector audiovisual espera una legislación que los regule y potencie, hay unas 10 películas que esperan ser vistas en territorio nacional en los próximos 12 meses, tomando en cuenta que su calendario no es fijo y están siempre expuestas a postergaciones. Solo son dos las cintas nacionales que tienen una fecha exacta anunciada: “Mi Socio 2.0” y “El Gran Movimiento”, programadas para el 6 y 27 de enero, respectivamente.
De la primera se trataría de una suerte de reestreno, ya que tuvo sus primeras proyecciones a finales de 2019; sin embargo, los conflictos postelectorales, primero, y la pandemia, después, imposibilitaron su continuidad en salas. En esta secuela del clásico de 1982 de Paolo Agazzi, se retoman a los icónicos personajes de Vito y Brillo, quienes recuperarán el viejo camión Mi Socio para volver a recorrer el país y hacer frente al hijo del Patrón, narcotraficante que encerraron en la primera entrega.
Por su parte, “El Gran Movimiento”, es tal vez la película boliviana más esperada de este año, al ser una de las cintas nacionales más premiadas de los últimos años y con un exitoso recorrido en festivales de gran prestigio mundial, como son el de Venecia, San Sebastián o el de Nueva York. La trama cuenta una extraña enfermedad que padece el minero Elder Ticona (mismo personaje de “Viejo Calavera”) y cómo un chamán busca sanarlo. Todo ello en una “sinfonía sobre la ciudad de La Paz”, como explicó su mismo director.
Otro filme que ha levantado gran expectativa y espera ver la luz este año es “Utama”, ópera prima de Alejandro Loayza y que tendrá su presentación en la sección World Cinema Dramatic Competition este mes en el Festival Sundance de EEUU. El evento es conocido universalmente por albergar a lo mejor del cine independiente norteamericano.
Seguramente su llegada a tan importante escenario se debe a los premios obtenidos en el Festival Cine en Construcción de Toulouse (Francia), donde se llevó el Gran Premio, el de cine + En Construcción y el galardón de los Distribuidores y Exhibidores. La historia se sitúa en el altiplano boliviano, donde una pareja de ancianos quechuas lleva años viviendo la misma vida cotidiana, pero una larga sequía los obligará a enfrentar un dilema: resistir o ser derrotados por el entorno y el propio tiempo.
También se espera este año la llegada de “Los viejos soldados”, nueva película de Jorge Sanjinés (originalmente anunciada para 2021), después de “Juana Azurduy”, estrenada seis años atrás. Cuenta la amistad entre los soldados Guillermo, un joven de la burguesía boliviana y Sebastián, un campesino aymara, que se forja en medio de la Guerra del Chaco; motivados por el cruento conflicto bélico, deciden desertar, juran reencontrase, pero eso ocurre 30 años después, cuando el aymara se ha vuelto citadino y el blanco se ha indianizado.
“La casa del sur” de Carina Oroza ya tuvo su premier en la Cinemateca de La Paz el año pasado y se proyectó en la última semana del Fenavid de Santa Cruz, estando prevista su estreno nacional en el primer trimestre de este 2022. Sigue el regreso de Anita a su país y su antiguo hogar en Tarija, donde buscará entender su pasado en el que 30 años después, fue víctima de las dictaduras militares.
En cuanto a películas bolivianas ya exhibidas en otros países, pero todavía sin verse en territorio nacional se puede mencionar “Cuidando al sol” de Catalina Razzini, estrenada en España en el pasado noviembre en 11 ciudades, como Madrid, Barcelona o Sevilla. En su ópera prima la cineasta rodó en la Isla del Sol para relatarnos la espera de una niña de 10 años por su padre.
De la misma manera “Pseudo” de Gory Patiño y “Buey rojo sangre” de Rodrigo Bellott ya fueron vistas fuera del país. La primera en el Festival de Cine Latino de San Francisco (EEUU), celebrado entre finales de 2020 y principios de 2021; y la segunda en el Festival de Cine de Guadalajara (México).
“Pseudo” se benefició con el Premio Habanero a la distribución en la categoría de “Work in Progress”, distinción que le permitió tener a Habanero Films como agente de ventas en la cinta. Fiel a su estilo de thriller y suspenso, narra la historia de un taxista que roba la identidad de uno de sus pasajeros. Un mochilero que resulta ser un mercenario contratado para cometer un atentado. Fue rodada en las urbes paceñas durante tres semanas en 2018.
En “Buey rojo sangre”, Bellott retrata a Amir, un periodista libanés-estadounidense, que, junto a su novio Amat, visita a su amiga ecologista Amancaya, en Tarija, en una zona amenazada por una compañía petrolera multinacional que pretende explotar la selva boliviana.
El documental “La conquista de las ruinas” del cochabambino Eduardo Gómez recibió una calurosa recepción por parte de la crítica en su estreno en Argentina, mismo territorio donde ganó el Festival Tucumán Cine Gerardo Vallejo, y más recientemente el premio de mejor largometraje latinoamericano en el Festival de Cine Documental DOCA.
“Achachilas” de Juan Gabriel Estellano solo pudo ser vista por un público paceño, pero se anunció que en 2022 llegaría a salas de otras ciudades, como la de Cochabamba y Santa Cruz. “Los de abajo” de Alejandro Quiroga, “El visitante” de Martín Boulocq o “Perdidos en septiembre” de Rodrigo Ayala son otras cintas nacionales que esperan ver la luz este año.