Mucho antes del Día de Difuntos y Todos Santos, las panaderías comienzan a elaborar las t’antawawas, la pieza central del mast’aku o mesa que se prepara para la llegada de las almas. Además, se colocan urpus, fruta seca, dulces y chicha kulli o morada.
En el valle alto son varias las rosqueterías que por estas fechas cambian de actividad para elaborar las masitas de Todos Santos y cubrir los pedidos incluso del trópico.
La rosquetería San Jorge, de Punata, comienza a elaborar las t’antawawas una semana antes de Todos Santos, el 2 de noviembre, para enviarlas a otros municipios, contó su propietaria, Nilda Ugarte.
“Preparamos las t’antawawas con masa dulce. Es complicado porque nos demora sacar la forma de wawas, llamitas, palomitas y todos los diseños que les damos. Estamos elaborando masitas para enviarlas al Chapare, porque allá hay bastante humedad y tenemos que enviarlas secas”, explicó.
Añadió: “Cada diseño tiene un significado, por ejemplo, las wawas representan a las personas que han fallecido. Las palomitas, ángeles y cruces completan la mesa”.
Otra panadera, Carmen Villarroel, contó que también elaboran las lampaganas o empanadas de lacayote. También, fruta seca, urpus, escaleras, animalitos y diseños que piden los dolientes.
“Con esta pandemia la fiesta cambió mucho. El año pasado las ventas han bajado, pero creo que este año va a haber harto pedido porque muchas personas fallecieron”, comentó.
Según la tradición, al mediodía del 1 de noviembre, Día de Difuntos, las almas bajan del cielo a la tierra para reunirse con sus seres queridos por un día. Los familiares esperan este reencuentro con el mast’aku, una mesa preparada con manjares, frutas y bebidas.
Cada figura del mast’aku tiene un significado y función. Los animales, como las llamas y caballos, ayudan al alma a llevar lo que los familiares prepararon.
En tanto, la escalera, hecha de masa, es para que el alma pueda bajar y subir al cielo.
Otras piezas esenciales son el sol que representa el día y la luna, la noche. También se hacen serpientes, gatos, gallos y otros diseños.
La chicha, por lo general kulli o morada, se coloca “para saciar la sed” del alma, ya que hizo un largo viaje para visitar a sus familiares.
“Elaboramos chicha kulli sólo para las fiestas. Nosotros preparamos con maíz de willkaparu y agua hervida. Una vez que baja el arrope dulce se lo hace hervir en el perol. Luego, se enfría por un día y hacemos fermentar en cántaros”, explicó un productor, Willy Vía.
El responsable de Cultura y Turismo de la Alcaldía de Punata, Juan Carlos Quinteros, indicó que la elaboración de masitas es parte de la tradición de este municipio y que trabajarán para fortalecerla apoyando y promocionando la elaboración.
DECLARACIONES
Por Todos Santos hay bastante movimiento en las panaderías y rosqueterías. No podemos olvidar nuestras tradiciones.
Juan Carlos Quinteros
Responsable de Cultura
Elaboramos t’antawawas desde hace tiempo. Mi mamá y todos mis familiares nos dedicamos a esto.
Nilda Urgarte
Propietaria de una rosquetería